Se cumple un año del escándalo de la Casa Gris de José Ramón López Beltrán, el hijo del presidente AMLO que pasó de no saber qué haría de su vida, dicho por él mismo antes de la victoria de su padre, a tener una vida de lujo y habitar mansiones de millones de dólares en Houston, Texas.
Hoy, seguimos sin respuestas serias por parte del presidente sobre el curioso caso que llevó a que su hijo viviera en la casa gris, propiedad de un alto ejecutivo de una empresa que curiosamente negociaba contratos con Pemex y que, después de este hecho, obtuvo por adjudicación directa contratos equivalentes a un 300 por ciento más de lo que recibía en el sexenio anterior. ¿Qué pasó en este año? Pues la empresa se autoauditó para decir que la empresa no había hecho nada malo porque la misma empresa ya lo había verificado. Meses después, el Gobierno de MÉXICO se autoauditó diciendo que el Gobierno de México y el hijo del presidente de MÉXICO no habían hecho nada malo porque el mismo Gobierno del presidente de México ya lo había verificado. Ojo, porque el circo lo armaron aquí, pero las denuncias en EUA siguen… y puede ser que pronto se escuchen pasos en la azotea, y puede que sean pasos grises. Veremos.
MT