Fernando Islas
Vaya logro que la oposición obtuvo el fin de semana pasada, por lo menos desde su sentir, siempre buscando emular la resistencia que históricamente la izquierda ha tenido. Según la oposición la movilización del domingo pasado, refleja una amenaza al gobierno y a la continuidad de la cuarta transformación nacional, se rasgan las vestiduras defiendo lo indefendible, hubo algunas entrevista que denotaron el desconocimiento de los asistentes y también la absurda complicidad con una clase política que nada ha aportado al desarrollo del país.
Habrá que recordarles a estos desmemoriados que llenar el zócalo no es cosa de una, dos o tres veces, la lucha por la democracia emprendida desde hace décadas por los grupos de izquierda implica no sólo la protesta, sino la propuesta sería y viable para cambiar la realidad social de México, aspecto que para los hoy opositores ha pasado totalmente de noche, no sólo no representan nada, sino que prácticamente son representantes de nadie, ya que su defensa se centra en blindar a la que AMLO llama, “mafia del poder”.
Pongamos especial atención a lo que acontece en próximas fechas, el Plan B es un camino en defensa de una democracia auténtica y no a la medida como habitualmente la tuvieron los tricolores y blanquiazules, esos mismos que abandonaron sus curules cuando Genaro García Luna fue declarado culpable de diversos cargos relacionados con el narcotráfico . Es obvio, se vieron en un espejo.