Las elecciones del 2018 fueron un parteaguas en el país. El cambio de ideología y partido han cimbrado en muchos aspectos a diferentes sectores, grupos, instituciones, y debo decir a la democracia también.
Independientemente de la simpatía política de cada quién, no podemos negar que el actual gobierno ha fomentado un “despertar ciudadano”, para bien y para mal, me atrevo a decir.
No recuerdo ningún otro gobierno en donde se convoque a tantas marchas en el Zócalo y en diferentes estados – marcha y contramarcha- y en ello se refleja el interés de la sociedad en involucrarse más en los temas públicos.
No pretendo hacer un debate sobre las razones que tenga cada quién para manifestarse, más sí sobre la importancia de la participación ciudadana activa, ordenada, responsable.
Mucha gente no asume que vivimos en un sistema democrático en donde la ciudadanía tiene también responsabilidad de elección y acción. Prefieren la queja y la crítica esperando que las soluciones vengan siempre del gobierno y una democracia no funciona así. En 2018 el Latinobarómetro arrojaba que al 44% de la población “le daba lo mismo un régimen democrático que uno no democrático”
Afortunadamente, esta percepción ha ido cambiando en los últimos años y más en las nuevas generaciones.
Con base en estadísticas del INEGI, (ENCUCI 2020) resaltamos que:
• 74.5% de la población entre 15 y 17 años “está muy de acuerdo con la idea de que para gobernar un país se necesita un gobierno en donde todos participen en la toma de decisiones”.
• 34.8% de la población de 15 años y más “está muy de acuerdo en que el gobierno considera sus opiniones para la toma de decisiones” mientras que el 27.7% “considera que cuenta con los conocimientos y habilidades para participar en actividades políticas”.
Las cifras son alentadoras en el sentido del “despertar ciudadano”. Estamos a poco más de un año para las elecciones 2024, para decidir el nuevo rumbo del país y solo si realmente nos involucramos de manera activa, nos informamos, participamos, demandamos y complementamos en acciones será como realmente lograremos cambios significativos, nuevas realidades construidas entre la sociedad y el gobierno. Una verdadera democracia.
Y tú qué prefieres ser, ¿actor o espectador?