Iván Torres/Rotaciones
Alguna vez, por ahí del 2001, luego en el 2009, posteriormente en el 2013 cuando la selección mexicana sufrió para llegar a la Copa del Mundo y hubo transiciones y cambios de entrenadores a meses de la gran competencia se hablaba de que algún día se iban a terminar los deseos de ver al Tricolor en un estadio de futbol o incluso por la televisión.
Se llegó a decir: “Si seguimos tomando malas decisiones e incorporando entrenadores que no conocen nuestro futbol, aunado a que la selección estuviera secuestrada por promotores que revaloraran a los jugadores llamándolos sin tener los méritos para ello en búsqueda de colocarlos con mejores sueldos en sus equipos, en algún transfer o a nivel internacional o enfrentando partidos de poca monta o a no trabajar las fuerzas básicas”, algún día se nos acabará la “gallina de los huevos de oro”.
Pues ese día llegó. El pasado fin de semana, tras la derrota del jueves de la selección mexicana por enésima vez consecutiva ante Estados Unidos, el público mexicano en la nación americana, decidió darle la espalda al Tri y ya no asistió al partido ante Panamá por el tercer lugar de la “Nations League”.
Se perdió el encanto, por fin nuestros paisanos le dieron la verdadera valoración a un espectáculo mediocre que no tenía otro objetivo más que presentarse sin el menor respeto, ganando muchos dólares, sin ni siquiera hacer el mínimo esfuerzo para representar dignamente a un país. La materia prima, los jugadores, es de muy baja calidad y la cobraban como si fueran los mejores del mundo. No sé si ya se tocó fondo, cuando así lo detallaba el diagnóstico tras el ridículo de Catar, el equipo mexicano y las decisiones de la Femexfut, dicen que todavía no.
Si se tiene dignidad, o algo de tantita madre, la FMF debería regresar el dinero a patrocinadores y quien esté invirtiendo en el equipo, replantear, trabajar con cambios de fondo y empezar un doloroso camino rumbo a la recuperación que puede llevar años, quizá un lustro.
A nadie se le puede ver la cara, el producto llamado selección nacional dejó de ser un buen producto; señores dueños del balón, exprimieron esto hasta sacarle gotas de sangre, ya no queda nada. Reflexionen y cuando tengan un futbol digno de la gran afición mexicana, nos avisan.