El día de ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, invalidó la segunda parte del “Plan B” contra el INE, que contemplaba cambios en la estructura orgánica del INE, reducción de salarios de los consejeros, entre otras cosas. La razón de su invalidación fue que los ministros consideraron que existieron violaciones al proceso legislativo, porque los legisladores no tuvieron tiempo de estudiar la reforma y se votó, sin llevar a cabo de manera correcta el proceso legislativo como marca la constitución.
Estas son buenas noticias, porque sigue existiendo un equilibrio de poderes al menos con el Poder Judicial. Lo malo es que el Presidente de la República busca entrometerse en el Poder Judicial porque está siendo un contrapeso real a las violaciones constitucionales que ha pretendido llevar a cabo. AMLO ya declaró la semana pasada abiertamente que se reunió con cinco ministros de la SCJN para buscar cabildear, uno por uno, el tema de la Guardia Nacional para que se transfiriera su mando a la SEDENA, al no obtener su respaldo de tres de ellos, los calificó de “chuecos” e “hipócritas”, entre otros calificativos.
Es claro que no se debe de permitir esta presión y esta intromisión por parte del Ejecutivo Federal a las decisiones y criterio de las ministros de la SCJN, debemos de reflexionar que continuidad queremos terminando este sexenio, un titular del ejecutivo que busque acabar con la SCJN o alguien que respete los principios constitucionales de separación de los Poderes de la Unión.