Gonzalo Flores/Infrasónico
Patrycja Proniewska es una frontwomen que hipnotiza. Su voz y sus bailes, contagian a decenas de cuerpos que aprovechan la oscuridad para saltar y danzar con euforia.
Ella, junto a Fernando Márquez en la guitarra, Jonathan Sirit en la batería y Renzo Narváez en el bajo, conforman la banda Belgrado. En 2016 ya habían visitado México, pero fue hasta el viernes pasado, que por primera vez, se presentaron en Querétaro.
Aunque su concierto estaba programado en el Museo de la Ciudad, sufrió un cambio de última hora, para llevarse a cabo en un bar de avenida Universidad, muy cerca del cruce con Ezequiel Montes.
Un gira que significó su regreso al país y a Latinoamérica para promocionar su tercer álbum “Intra Apogeum”, que publicaron el 28 de abril de este año.
Proyecto que es una combinación multicultural con dos de sus integrantes originarios de Polonia y dos de Venezuela, que se juntaron musicalmente en Barcelona, desde 2010, inmersos en sonidos postpunk y synthwave.
Una banda que le ha sacado provecho al paso de los años; suenan potentes, con melodías bien armadas y una interesante madurez musical, que los coloca como una de las más importantes bandas del género actualmente. Quizá el sonido del lugar no era el mejor, pero su entrega está por encima de las nimiedades.
Los temas de su nuevo disco son una muestra de ello. Con atmósferas más profundas, sumergen a sus seguidores en un trance auditivo. Más, cuando Patrycja baja del escenario para bailar junto a ellos.
Pero la sencillez de los músicos también se hace presente, cuando al término del concierto, conviven con los asistentes, se sacan fotos, firman discos y platican sobre la velada sonora.
No hay poses, solo esencia.
Belgrado es una gran banda. Esperemos que pronto, disfrutemos de nuevo su entrega en directo en tierras queretanas.