Una de mis redes sociales favoritas es Twitter. Me gusta leer diferentes opiniones de un sinfín de temas (y por supuesto, también opinar). Algunas graciosas, otras profundas, otras triviales, otras hirientes, preocupantes… Es una plataforma de catarsis, de pulso social y de experimento social.
Me pregunto qué pasaría si los millones de usuarios que la usamos tomáramos acción sobre los temas de los que opinamos, de los que criticamos y de los que nos quejamos.
A menos de un año de las elecciones 2024 (comicios que nuevamente harán historia), deberíamos reflexionar sobre qué estamos haciendo realmente por nuestro país.
El publicar una opinión banal o profunda, acertada o no, no nos va a encaminar a ningún nuevo camino; seguiremos siendo espectadores.
El informe País 2020 lo refleja. Es un documento que, mediante el uso de elementos teóricos y el análisis de datos, presenta un diagnóstico sobre el estado actual de la democracia y la ciudadanía en México. Realizado por el INE en colaboración con PNUD, haciendo uso de datos provenientes principalmente de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (Encuci) 2020, reconoce cuatro dimensiones principales de participación, que son:
- Participación cívica: Actividades que reflejan los actos solidarios y el altruismo, y que, aunque se dirijan a otras personas, se realizan de manera aislada y en una sola dirección.
- Participación comunitaria: Conjunto de acciones desarrolladas por diversos sectores que buscan soluciones a ciertas necesidades específicas y, en general, se asocia al mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad.
- Participación ciudadana: Intervención de la ciudadanía en la esfera pública, en función de intereses sociales de carácter particular.
- Participación política: Acción colectiva realizada en (o dirigida hacia) el poder público mediante acciones directas de reclamo, manifestación y otros tipos de acción directa no canalizados en órganos, consultas o procesos participativo.
El documento concluye que los niveles de participación ciudadana y política son bajos, caso contrario a la participación cívica y comunitaria. La gente se desalienta de colaborar en temas públicos por el alto nivel de corrupción y falta de credibilidad en los servidores públicos e instituciones.
Pero justo por ese descrédito es que debiéramos incidir mucho más, involucrarnos… ACTUAR.
En esta era digital que nos da la oportunidad de conectar con millones de personas, la realidad es que nos está desconectando en lo personal. Pasamos horas en los celulares, tiempo que dejamos de invertir en la vida real.
Periodistas, escritores, analistas, empresarios y ciudadanos en general subimos a diario contenido y compartimos lo que nos resulta de interés, pero… ¿si ejerciéramos todos acción? Sí, este país sería otro.
Qué fácil resulta analizar un tema, escribir una opinión y simplemente dar un suspiro después del punto final, cerrar la computadora, y regresar a una vida de privilegios.
Creo que quienes tenemos más de lo básico, deberíamos incidir en acciones que mejoren la vida de quienes no.
Te invito a dejar de ser espectador y convertirte en protagonista. A tomar las riendas de nuestro país, te aseguro que pequeñas acciones continuas y permanentes hacen grandes cambios.
Cada día es una nueva oportunidad de reconstruir… de reconstruirnos.