Miguel Ángel Flores
LO BUENO
La rendición de cuentas debe ser un ejercicio permanente de todos los servidores públicos. Los informes de actividades deben ser justamente eso, una herramienta de transparencia para dar a conocer a los ciudadanos el estado que guarda la administración de un municipio, entidad o dependencia. Hay quienes han entendido bien este concepto y presentan innovaciones en el formato y presentación de sus informes, algunos incluso haciendo uso de las redes sociales. Estamos arrancando la temporada de informes, y para ampliar información, se puede consultar el observatorio de promesas de campaña que mes a mes se actualiza AD Comunicaciones en el portal www.aldialogo.mx y www.sonperfiles.com.
LO MALO
Los informes de actividades tienen el propósito (o al menos ese fue su origen) de rendir cuentas a la ciudadanía; los informes deberían estar dedicados al ciudadano, no exclusivamente a amigos cercanos, invitados especiales y compañeros de partido. Es necesario cambiar la plataforma, innovar y ser más cercanos con los habitantes, a quienes se deben alcaldes, legisladores y gobernantes. Actualmente, muchos de los informes no tienen cercanía con la población ni esta forma parte de este esencial ejercicio.
LO PEOR
Con la proximidad del proceso electoral, no faltará quien se aproveche de la temporada y justifique la rendición de cuentas para promocionar su imagen y ejecutar masivos eventos con grandes escenarios y costosas producciones. No hay que olvidar que estos “informes” salen del bolsillo de los ciudadanos, pues forma parte del presupuesto que asignan con anticipación cada una de las dependencias y administraciones. Hay varios que salen muy caros.