Esta semana, la OCDE publicó los resultados de la prueba PISA 2022, donde México retrocedió varios años en el aprendizaje de matemáticas, lectura y ciencia.
PISA es el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, para medir la capacidad de los alumnos de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real.
Se trata de los primeros resultados después de la pandemia de Covid-19 y en la cual se evaluaron a 14 países de América Latina y el Caribe. Los países que suelen negarse a examinarse son dictaduras como Venezuela, Nicaragua y Cuba.
De los países evaluados, México es el tercer país peor evaluado en matemáticas y comprensión lectora, y el país con el peor puntaje en ciencia.
El resultado para nuestro país es desalentador, dos de cada tres estudiantes no alcanzan el nivel básico de aprendizajes en matemáticas.
En matemáticas, hay una caída de menos 24 puntos en comparación con 2009 y de menos 14 en comparación con 2018.
A pesar de la importancia de la materia, nuestros estudiantes tuvieron un desempeño evidentemente insuficiente.
En reacción, la Secretaría de Educación Pública emitió un comunicado en el que refiere: “La educación que estamos construyendo reconoce la gran diversidad y riqueza étnica, sociocultural y lingüística de nuestro país; promueve y reafirma valores como el respeto, la honestidad, la confianza en el otro, la solidaridad y el diálogo para alcanzar acuerdos.”
Dicho comunicado minimiza la importancia de la ciencia en la educación, refuerza su mensaje de que saber, conocer o instruirse es una actitud “aspiracionista”, y que a la 4T le importa más ideologizar la educación, que enseñar ciencias o literatura.
Además, desafortunadamente, ante este terrible retroceso, el presidente López Obrador señaló que esas pruebas no son tomadas en cuenta por su gobierno, reviviendo la idea de que la ciencia es neoliberal y qué para él vale más la lealtad que la capacidad.
La realidad es que, los malos resultados de la prueba PISA, reflejan el fracaso de la política educativa del actual gobierno, lo cual, es terrible y triste, pues no se trata de meros resultados de gobierno, sino de una condena a una generación de niñas y niños a tener menos herramientas cognoscitivas para enfrentar la vida, para superarse y para contribuir a un mejor futuro para México.