Mario Maraboto
Como es sabido, el pasado 20 de junio policías estatales de Veracruz asesinaron a dos campesinos e hirieron a varios más, quienes, en protesta por la sobrexplotación y contaminación del agua, la tierra y aire por parte de una empresa porcícola, habían tomado la carretera Perote-Xalapa en el estado de Veracruz.
Se dice que la acción obedeció a su fastidio por la devastación ambiental por parte de la empresa Granjas Carroll, ante la omisión y complacencia de los gobiernos federal, estatales y municipales de los estados de Veracruz y Puebla.
Dicha empresa, filial de la americana Smithfield Company, fue constituida en 1993 en los valles de Perote y Guadalupe Victoria, y se hizo famosa en 2009 cuando, en abril de ese año, se detectaron en México los primeros casos de gripe AH1N1 o influenza (gripe) porcina, que fue el inicio de una pandemia que se extendió a varios países. En un principio se atribuyó la enfermedad a un virus que infecta a cerdos y aves, originado por las condiciones sanitarias de operación de dicha compañía.
Poco antes de su llegada a México, la empresa había tenido problemas legales en Estados Unidos por contaminar el ambiente en los estados de Carolina del Norte y Virginia. Concretamente, en 1985, un juez de la Corte de Justicia del Cuarto Circuito de Apelaciones de Estados Unidos multó a Smithfield por contaminar el río Pagan, en Virginia. En junio de 2021 México rechazó el ingreso de cargamentos de piel de cerdo provenientes de esta empresa, por estar contaminadas.
Estudios realizados por conocidos investigadores muestran que esta empresa se distingue por el alto consumo de agua y porque la gran cantidad de desechos originados en los criaderos son peligrosos como: residuos químicos y biológicos, aguas negras y lagunas de oxidación, excrementos de los cerdos, entre otros elementos contaminantes.
La reciente manifestación de los campesinos en Perote no es nueva. En enero de 2007 un grupo de campesinos que se manifestó para demandar el cierre de la empresa, fueron hostigados por personal de la porcícola y luego fueron procesados por los delitos de obstrucción y daño en las vías de comunicación.
En enero de 2010, habitantes y campesinos de 25 comunidades del valle de Perote, denunciaron que Granjas Carroll afectaba a más de 100 mil personas de la región con la emisión de contaminantes en los mantos acuíferos, en la atmósfera por malos olores y otros factores perjudiciales de tipo biológico que alteran el equilibrio del lugar.
Cuando surgió el AH1N1, la prensa internacional testimonió la contaminación y devastación procedente de la citada empresa. El miércoles de la semana pasada la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente (PMA) clausuró temporalmente una de las plantas de Granjas Carroll en Perote y dos días después inició la revisión de todas las instalaciones de la empresa debido a que detectó una inadecuada gestión de estiércol mezclado con agua, lo cual está contaminando el subsuelo.
Desde 2022 la PMA ha estado en litigios con Granjas Carroll debido su incumplimiento de las normativas ambientales y a su resistencia a permitir inspecciones, pese a lo cual la empresa ha seguido operando. La duda es si la acción de la autoridad es conforme a la Ley o si obedece a la negativa de la empresa a intentos de soborno por parte de la propia autoridad.
En todo caso, es probable que, a lo largo de los años, la empresa y los gobiernos federal, estatales y municipales han tenido una suerte de subordinación de unos a otros y que ello prevalezca en el próximo gobierno.