Lograrlo no le será fácil desde que en su primer mensaje como presidenta electa expresó que “No voy a marcar diferencia ni a criticar al presidente nunca…” y, dado lo que hasta ahora se ha visto antes de asumir el poder, no parece conducirse con independencia (no dependiendo de su antecesor) y autonomía, es decir, actuando libremente siguiendo su propio criterio y, mucho menos, respetando la independencia de los poderes. Su criterio al respecto, en el caso del Poder Judicial, por ejemplo, cambió en 24 horas para asumir el capricho de su (de)formador.