Fue un año donde se recuperaron los Juegos Olímpicos después de la pandemia y vimos un espectáculo poderoso a favor de mostrar la fuerza del ser humano, uno de los grandes objetivos del movimiento olímpico. Señalo tres hechos que seguramente son los más recordados, el retiro que conmovió a la lucha grecorromana del continente americano cuando el cubano Mijaín López puso fin a una carrera que concluyó con cinco oros olímpicos. Dominó su deporte, su categoría y de qué forma. El saltador de pértiga sueco Armand Duplantis se llevó los reflectores del “Stade d´France, cautivó rompiendo récord del mundo y consiguió un oro valiosísimo para su trayectoria, es el mejor en la historia saltando en garrocha, una especialidad que nunca se pensó ser superada desde la época de Serguéi Bubka. El rey de París 2024 fue el nadador francés León Marchand, con sus cuatro medallas de oro y una de bronce, levantó al público del mundo y lo hizo para glorificarlo después de romper récords que parecían imbatibles establecidos por el estadounidense Michael Phelps.