El pasado domingo 18 de junio, celebramos en México el Día del Padre. Comidas, reuniones, llamadas… pero ¿de dónde surge esta celebración?
En 1910, la estadounidense Sonora Smart Dodd escuchaba un sermón durante un Día de las Madres y sintió que no se reconocía igual la labor de los padres.
Ella en particular sentía gran aprecio por su padre y veterano de la Guerra Civil, William Jackson Smart, quien la educó a ella y a sus cinco hermanos en solitario.
Smart Dodd se acercó a la Alianza Ministerial de Spokane, una ciudad cercana a Washington, en Estados Unidos, de donde Sonora era originaria, y sugirió el cumpleaños de su propio padre, el 5 de junio, para la celebración.
En consenso, la Alianza eligió el tercer domingo de junio como el Día del Padre. Es así como surgió dicha celebración y posteriormente cada país la fue implementando (Fuente: ‘México Desconocido’).
Pero ¿qué celebramos cuando celebramos a papá?
Por siglos, la figura paterna había sido relacionada al sustento económico acotándose solo a la figura del proveedor, mientras el cuidado de la familia era responsabilidad total para la mujer. Afortunadamente hoy eso está cambiando.
Las labores relacionadas con la crianza han involucrado cada vez más a los padres: ahora ya es común ver en las juntas escolares a hombres, en fiestas infantiles, usando cambiadores de pañal en restaurantes (por cierto, debería ser obligatorio tener cambiadores en todos los baños de hombres).
Este cambio social significa un gran avance para construir sociedades más equitativas y en las que el día de festejar a papá tenga un significado especial, en donde visibilicemos los cambios que poco a poco muchos hombres han ido teniendo en reconocer su esfuerzo.
Si bien lo anterior es digno de celebrarse, no podemos evitar ver el otro lado de la moneda: en México hay 4 millones 180 mil hogares con padres ausentes, según cifras del Inegi, y tan solo el 0.5 por ciento de los hombres declararon ser padres solteros, frente al 7 por ciento de mujeres que se identificaron como madres solteras, según el Censo de Población y Vivienda 2020.
De acuerdo con el Inegi, el 67.5 por ciento del total de las madres solteras no reciben alguna pensión alimenticia, a pesar de que el incumplimiento de obligaciones alimentarias es un delito que involucra una pena de prisión de uno y hasta de siete años, así como una multa que va desde 30 hasta 500 días. Miles de hombres hacen de las suyas para evadir esta obligación.
Entendamos que una buena figura paterna es relevante para la crianza de las niñas y los niños. Con ello, desarrollaremos adultos con mejor salud mental y emocional.
Recuerden que la figura del primer amor para las niñas es su padre. De ahí deriva el cómo se relacionará con el sexo opuesto y, para los niños, servirá como el primer ejemplo del héroe al que admire.
Siempre lo digo: trabajemos en nuestras heridas para que nuestros hijos no tengan que sanarlas.
MT