Cantantes y futbolistas prestigiosos han adoptados niños nacidos en “úteros de renta”. A pesar de las sonrisas, detrás existe toda una maquinaria de explotación a mujeres y de venta de niños.
- Celebridades con hijos de gestación subrogada. El pasado junio, el futbolista Cristiano Ronaldo mostró a los medios sus dos hijos obtenidos mediante este procedimiento. Recientemente, la revista People anotó “cada vez son más quienes la usan (la gestación en renta)”, al referirse a estrellas como la actriz Nicole Kidman y los cantantes Elton John y Ricky Martin (People, 21 jun. 2017).
Intelectuales y activistas de los derechos de las mujeres no apoyan este tipo de adopciones. Por ejemplo, la periodista sueca Kajsa Ekis Ekman, especialista en tráfico de mujeres, afirmó que aunque “la subrogación puede haber sido rodeada de una aura de felicidad Elton-Johniana (…) detrás de ella hay una industria que compra y vende vida humana”. (The Guardian, 25 feb. 2016)
- Toda maternidad subrogada es explotación. Un informe del Comité de Bioética de España (CBE), institución que asesora al Gobierno español, explica que “todo contrato de gestación por sustitución, lucrativo o altruista, entraña una explotación de la mujer y un daño a los intereses superiores del menor y, por tanto, no puede aceptarse por principio”. Teresa López, presidenta del CBE, sostiene que “no se puede convertir al menor en un objeto que puede ser comprado”. (El Mundo, 19 mayo 2017)
Ekman reveló la noticia de que el Parlamento sueco prohibiría los vientres de alquiler para evitar que la industria de explotación de mujeres haga “bebes a la medida para satisfacer los deseos de los ricos del mundo”. Ahí “una madre no es nada”, está privada incluso del derecho de ser llamada ‘mami’. En cambio, “el comprador lo es todo”. (The Guardian, cit.)
Epílogo. Los hijos son un don, un regalo. Cuando esto se pierde de vista, los hijos se consideran un “derecho”. Entonces, sería un derecho tener un hijo. Qué fácil es, además de exigirlo, mandarlo hacer y comprarlo. Así, tristemente el bebé pasa de “hijo” a “mercancía”, y la mujer se queda como mero recipiente.
Por: Luis-Fernando Valdés
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