En una desafortunada intervención, el presidente @lopezobrador_ afirmo que México había sido fundado hace más de 10,000 años, declaración que inmediatamente tuvo reacciones en redes sociales y medios de comunicación, buscando entender a que se refería el Presidente con ese dicho.
Esa misma semana, se había publicado la ya muy anunciada lista de los 36 periodistas que supuestamente habían estado recibiendo dinero en el sexenio anterior, bajo el denominado “chayote”, es decir, pagos para crear una tendencia en los comentarios o puntos de vista que, por el nivel de audiencia que tienen algunos de esos medios de comunicación, crean una tendencia e influencia entre la población, pudiendo inclinar muchas veces la balanza de la opinión hacia el lado o la opinión que se busca.
El disentir o tener opiniones contrarias a una persona, organización o institución, no es algo que deba estigmatizarse o buscar una excusa para iniciar procesos de descrédito para la persona que no coincide con dicha opinión. En estos dos casos, y por eso titulé la columna de esta semana “La Listas de la Prehistoria”, se ligan en el sentido de que ambos casos han sido muy difundidos y cuestionados, y en ambos casos, se ha buscado una salida, cómo se dice, por la tangente, sin enfrentar el error ni buscar tener una solución que establezca la línea de verdad.
En el caso de los 10,000 años, se han publicado cantidad de datos que tienen que ver con la fundación, desde la antigua Tenochtitlan, la primera imprenta, la guerra de independencia y otros sucesos que podrían considerarse como hitos en la historia de nuestros país. El gobierno, ha decidido esgrimir argumentos justificatorios de su error, cuando la forma más directa y honesta, era, incluso, argumentar el haber recurrido a una metáfora para dar a entender la gran historia y cultura que tiene nuestro país.
Por otro lado, al momento de publicarse la lista de los periodistas y de sus empresas que supuestamente habrían recibido recursos públicos y contratos durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, en ese instante surgieron los argumentos de varios de los incluidos en esa lista, exponiendo sus argumentos, y exhibiendo con pruebas y documentos, la causa y origen de los pagos que habían recibido, e incluso, negaciones a haberlos recibido. El presidente, cuando supo de la publicación de dicha lista, su argumento fue que Presidencia no había difundido dicha lista, o que no tenía conocimiento de ello.
¿Si será que son en realidad las Listas de la Prehistoria?