Miguel Ángel Flores/Lo bueno, lo malo y lo peor
LO BUENO
Nuevas generaciones de políticos se han hecho presentes para revolucionar el sistema democrático con nuevas ideas, proyectos, impulsos y, por supuesto, nuevas plataformas de electores. En las últimas campañas locales, los partidos políticos llevaron propuestas jóvenes a las boletas electorales. El camino para nuevas generaciones de políticos está trazado y hay oportunidades en todos los partidos políticos. Seguramente en las campañas locales y finalmente en las boletas electorales veremos nuevas propuestas.
LO MALO
La competencia al interior de los partidos no es fácil para que los jóvenes puedan acceder fácilmente a una candidatura. El camino tradicional es iniciar desde abajo, pegando pendones, haciendo promoción a otros candidatos, haciendo chamba a pie y a nivel de calle para irse ganando un lugar. Así lo hicieron quienes hoy son políticos consolidados en sus partidos, y quienes aparentemente junto a las cuadradas dirigencias, no quieren modificar esquemas para seguir cumpliendo a quienes tienen el peso, la estructura y el capital político en los partidos.
LO PEOR
La poca o nula representatividad, en pocas palabras, los jóvenes no se sienten representados. Quienes hoy están en campaña y quienes seguramente saldrán a pedir el voto en las campañas locales, no tienen el respaldo de la mayoría de los jóvenes. Y peor aún, las campañas de los políticos jóvenes, han sido y serán las mismas estrategias de siempre. El reto, es innovar, hacer llegar la propuesta a la juventud, al que va a votar por primera vez, al joven desanimado que votó en la elección pasada, a aquel que no se identifica con los políticos y sus partidos.