El término la “última milla” hace referencia a la fase final para que una persona llegue a su destino, pudiendo ser el trayecto desde un estacionamiento o de la parada de autobús hasta la oficina o casa. El tema de la “última milla” es complejo porque generalmente las áreas residenciales están lejos de las áreas comerciales, industriales y de oficinas, el transporte público no siempre nos lleva cerca de nuestro destino final, no siempre hay estacionamientos públicos disponibles y/o el caminar no siempre es una forma eficiente/rápida de llegar al destino final por inclemencias del tiempo o falta de infraestructura peatonal adecuada.
En Querétaro este tema es importante porque, si bien se ha avanzado de manera importante en generar transporte eficiente y masivo en trayectos largos, aún falta por hacer en materia de la “última milla”. El problema de la “última milla” contribuye sustancialmente a la congestión vial, mismo que –por ejemplo- se estima que para 2030 generará una pérdida de 180 billones de dólares a la economía de los E.U.A. Es decir, URGE ser solucionado para cualquier ciudad y economía que quiera mantenerse en forma.
Algunas de las alternativas que se deben analizar son el uso de bicicletas y “scooters” que sean eléctricos, motorizados, compartidos, de pago automático y con servicios de geolocalización. Por el momento en Querétaro sólo se ha optado por el uso de las bicicletas para resolver el tema de la “última milla”. Esto me parece un muy buen primer paso, pero no puede quedarse ahí; al menos tenemos que seguir avanzando a utilizar “scooters”. Los “scooters” presentan un número de ventajas sobre las bicicletas eléctricas incluyendo menor peso, mayor portabilidad, mayor rapidez en recargas, menores costos de mantenimiento y reemplazo, mayor facilidad de almacenamiento, etc. La percepción de que los “scooters” no son opción por la mayor posibilidad de accidentes debe ser un elemento a considerar, pero no un impedimento para seguir avanzando y utilizarlos.
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