Si, así de fuerte. Lo que está pasando en Baja California, v.g. un burdo intento de torcer las leyes para extender ilegalmente el mandato de un gobernante, debe ser una alerta roja mayor para nuestra joven democracia. No puede ser que se nos haya olvidado que en este país se ha derramado sangre entre hermanos (recordemos la Revolución Mexicana), se han dado asesinatos (recordemos a Álvaro Obregón), se han dado exilios (recordemos a Plutarco Elías Calles) y se nos ocurra otra vez coquetear con la extensión ilegal del mandato de gobernantes. Si estoy seguro que Francisco I. Madero, quien entre otros acuñó la frase “Sufragio Efectivo, No Reelección” ya sentía malestar al ser usado como imagen del nuevo régimen político, apuesto dos a uno que después de ver lo que acaba de pasar en Baja California literalmente se está retorciendo en su tumba.
Y, a esto, ¿qué fue lo que pasó en Baja California y por qué nos es tan importante como país? Pues bajita la mano, de manera artera, en lo obscurito y con total desfachatez, los diputados locales de Baja California (donde triste y extrañamente la mayoría de diputados son de partidos de oposición) votaron para modificar las leyes y ampliar el mandato del recién electo gobernador morenista Jaime Bonilla, quien fue votado únicamente para gobernar en 2 años (se había recortado anteriormente de 6 años a 2 años por esta ocasión para empatar las elecciones locales con las federales y ser más eficientes en organización y gastos de elecciones). ¿Qué curiosas razones habrán tenido los legisladores de oposición para aprobarle una extensión de mandato a un candidato de otro partido? ¿Qué noble objetivo habrá tenido el gobernador Bonilla para hablarle bonito al oído a dichos legisladores y convencerlos de apoyar esta acción de buena fe?
Por donde se le vea este tema apesta. Primero, por la burla que el Congreso de Baja California ha hecho a los votantes de Baja California usurpándoles su voto y tergiversándolo para intentar darle el poder a una persona por más años de los que el electorado decidió. Segundo, por la voracidad que ya reflejó Jaime Bonilla para entronarse como caudillo en esa zona e ignorando que ya anteriormente -por la vía legal- el Tribunal Electoral del Poder Judicial había indicado que no era posible ampliar este periodo. Tercero porque, si no se deslinda de manera frontal, MORENA habrá enseñado sus verdaderos colores de autoritarismo y franco desprecio por la legalidad (es de risa que su dirigente Citlali Ibáñez Camacho o “Yeidckol Polevnsky” haya tenido el descaro de decir que el cambio se hizo porque la ciudadanía así lo pedía) que bien podrían repetirse en otros estados o a nivel federal. Cuarto porque el líder del país, el Sr. Andrés Manuel López Obrador, parece en esta ocasión se olvidó que uno de sus ídolos es Francisco I. Madero y permitió (me cuesta pensar que no estaba al tanto) que esto sucediera y abre la duda sobre si realmente está en su corazón el principio de no reelección. Y Quinto, tal vez lo más triste, es que se evidenció que hoy por hoy es más factible que los partidos de oposición sean paleros del gobierno en turno y se doblen a que se erijan en verdaderos guardianes de la legalidad y democracia del país. En fin, mal y de malas cierra la semana…
Pal gordito… Pues he de decir que el Nick San de Puerto Vallarta es garantía… rollo Shiromi Cilantro es parada obligada…