Las mañaneras se han convertido en fuente inagotable de montajes, ficciones y espectáculo. Hoy parece que la presidencia de la República es, en sentido literal, una de las mejores casas productoras de este país
Paul Ospital
El presidente Lopez Obrador comenzó su mandato dando larguísimas conferencias de prensa todos los días; que no son en lo absoluto un ejercicio de rendición de cuentas ante la nación, sino largas declaraciones, clases de historia y hasta lecciones de moral en algunos días; sobre todo aquellos en los que el presidente anda de buenas.
Pero aún más que eso, las mañaneras se han convertido en fuente inagotable de montajes, ficciones y espectáculo. Hoy parece que la presidencia de la República es, en sentido literal, una de las mejores casas productoras de este país.
Para muestra de ello, el famoso “Avión Presidencial”, una verdadera ficción construida teniendo como propósito generar rating, entretener y distraer.
Producciones Presidenciales S.A. de C.V. necesitaba al inicio del sexenio un vídeo, fotografías y evidencia de cómo mandaban a volar la corrupción, y lo produjeron con el “Avión Presidencial”.
Sin promesas de compra y sin ningún plan de por medio; se cumplió con el guion establecido y se mandó el avión a Estados Unidos con tal de obtener esa preciada toma cinematográfica de principios del sexenio, que por supuesto, nos pusieron hasta en la sopa.
Sin embargo, como es costumbre, la realidad los alcanzo 20 meses después de tener estacionado el avión en Estados Unidos; estacionamiento que usted amable lector y su servidor pagamos con nuestros impuestos.
Así que ya se regresó a tierras mexicanas el avión, por supuesto devaluado y sin opción de compra. El chistecito solo sirvió para que, literalmente, perdiéramos dinero los mexicanos.
Pero como buena casa productora, la Presidencia de la República aprovecho la situación y nos trajo algo nunca visto. Monto con el avión presidencial el fondo de una producción que ni las mejores series de Netflix sobre política mexicana pudieran tener. Y desde ahí se dio la mañanera.
Y por supuesto que el guion del lunes no se podía manchar con los asuntos prioritarios y que mortifican a los mexicanos; como la crisis económica, la devorante inseguridad, el profundo desempleo y por supuesto el COVID-19. Por ello, para evitar errores, sin mayor reparo, el Presidente Lopez Obrador le instruyó a los reporteros que no hicieran ninguna pregunta que no tratará sobre el “Avión Presidencial”.
En otras palabras, los productores presidenciales querían que el guion de esta semana se tratara de ello, si no, no hubiera valido tanto esfuerzo escenográfico.
Así es y será también el caso Lozoya, donde la justicia y el debido proceso pueden esperar, pueden salir del guion, porque lo más importante es justamente la narrativa que las Producciones Presidenciales S.A. de C.V. nos quieren poner a cuadro.
Dicen los clásicos que al pueblo pan y circo; el PAN se está acabando, así que tendremos cada vez más circo.