Un ejemplo claro podemos verlo en los últimos fallos de la Corte Suprema de los Estados Unidos
Sergio Arellano
¿Cuántas veces se ha planteado la propuesta de una reforma integral a la constitución? Es más, hasta nuestro querido Presidente se aventó un decálogo moral porque no le satisface el contenido constitucional. En distintas oportunidades he manifestado que la constitución necesita un replanteamiento. Tenemos que remover los tecnicismos, acortar el contenido y estructurarla de tal forma que tenga una secuencia coherente. Con esto, prosigo a lo que quiero comentarles.
El derecho, como cualquier otra ciencia social, tiene que estar cambiando para entender las problemáticas de la ciudadanía. La petición de 1950 no es la misma que la del 2021. Aprovechando la progresividad reconocida en nuestra ley máxima, tenemos que caminar hacia adelante. Por ello quiero preguntarles: ¿cuál sería una justificación válida para “meterle mano” a nuestra Carta Magna? Primero, estarán de acuerdo en que las formas de estudiar las normas y su aplicación, son otras.
No solo en México sino en la mayoría de los países latinoamericanos. Nos bricamos la barda de la rigidez reglamentaria para tener un sistema abierto y rico en argumentación en aras de alcanzar el mayor beneficio de las personas. En un segundo término, vamos a ver que la manera de afirmar y sustentar la defensa de alguien tiene otra base argumentativa. Un ejemplo claro podemos verlo en los últimos fallos de la Corte Suprema de los Estados Unidos. Para no irnos tan lejos, veamos las novedosas sentencias de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. Me encanta esta jurisdicción porque rompe con los tabúes y estigmas que por años fueron tomados como válidos. Para dejar una última anotación, diría que la teoría del derecho debe transitar al siglo XXI.
Incorporar la regulación de la inteligencia artificial, sistemas electrónicos para llevar a cabo actos jurídicos, delitos cometidos por plataformas virtuales, entre otros, sin dejar a un lado la inexcusable agenda de temas relacionados a la dignidad humana. Yendo al grano: pongamos a trabajar a las y los legisladores para ofrecer certeza jurídica.