En premio a sus virtudes y de los méritos de tales servicios se le nombró Canónigo de Gracia el día 21 de diciembre de 1946
Francisco Pájaro Anaya
El Ilmo Monseñor Salvador Septién Uribe nace el día 24 de septiembre de 1886, en la hermosa ciudad de San Juan del Río, Querétaro y es bautizado al día siguiente de su nacimiento en la Parroquia de San Juan Bautista, hoy Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, por manos del padre Esteban García Rebollo, en ese entonces cura de la ciudad, y recibió el nombre de JOSE SALVADOR MARÍA PAFNUCIO; fueron sus padres Don Salvador Septién, de oficio escribano público y Doña Herlinda Uribe.
Desde su niñez se distinguió en el Liceo Católico por su inteligencia y piedad; trasladado al Seminario Conciliar Diocesano, continuó ganándose el aprecio de sus superiores y condiscípulos, sustentando exámenes públicos de Teología Dogmática y Canto Gregoriano. Fue enviado a perfeccionar sus estudios eclesiásticos a la Ciudad de Roma, Italia y por su conducta ejemplar mereció ser nombrado Prefecto de una Camerata de teólogos, en la cual ayudó a formar a varios de sus compañeros que inclusive llegaron a ser obispos.
Recibió en la Ciudad Eterna la dignidad sacerdotal el día 28 de octubre de 1911, la cual le fue conferida por el Emmo. Señor. Cardenal Pedro Respighi, quien era vicario para la ciudad de Roma. Vuelto a México, el Excmo. Señor Rivera, Obispo de Querétaro, lo tomó como su secretario particular. Asistió a la muerte de este noble Prelado el día 2 de mayo de 1914. Y como era necesario, permaneció en el Palacio Episcopal, de donde lo arrojaron las chusmas carrancistas que saquearon dicho inmueble, juntamente con la enorme biblioteca de Monseñor Septién, dejando hecho tiras el pergamino de su titulo de Doctor en Teología, expedido por la Pontificia Universidad Gregoriana.
Apenas reabierto el Seminario Conciliar, fue nombrado Profesor. Fuera del Seminario su hoja de servicios a la Diócesis contiene lo siguiente: Párroco de Santiago durante los días más difíciles de la persecución religiosa de Carranza; Profesor de Teología Dogmática en el Seminario de Veracruz, trasladado a la ciudad de México por el Santo Obispo Don Rafael Guizar y Valencia como consecuencia de la persecución religiosa; Pro vicario General de la Diócesis durante el Episcopado del Excmo. Señor Tinajero; Vicario Capitular (sede vacante), a la muerte de éste y Vicario General, desde que el Excmo. Señor Toriz tomó posesión de la Diócesis hasta el día de su muerte.
Tuvo la dicha de ser uno de los principales organizadores de la Solemne Coronación Pontificia de la Santísima Virgen del Pueblito, Reina de Querétaro, el día 17 de octubre de 1946; él compuso junto con el maestro Julián Zúñiga, el hermoso himno de la Coronación, que es un ejemplo de fe llevado a la música.
Así mismo participo con gran entusiasmo en la Coronación Pontificia de la Virgen Santísima de los Dolores de Soriano, en la celebración del primer centenario de la erección de la Diócesis de Querétaro.
En premio a sus virtudes y de los méritos de tales servicios se le nombró Canónigo de Gracia el día 21 de diciembre de 1946; Arcediano, el día 18 de marzo de 1949; de Prelado Doméstico de Su Santidad el día 17 de julio de 1959, y de Protonotario Apostólico ad instar participantium el día 21 de agosto de 1961.
Fallece en la Ciudad Episcopal de Santiago de Querétaro, el día 5 de enero de 1978; el día 15 de enero de 1984 sus restos son exhumados y trasladados a las criptas de la Santa Iglesia Catedral de la Diócesis de Querétaro, en donde los fieles le tienen una especial veneración y por lo regular aparece su nicho con los famosos “milagros” y flores de los fieles que lo visitan.
En San Juan del Río, una calle del fraccionamiento Fundadores, lleva el nombre de este insigne sanjuanense.
MT