Estrella Rojas
La igualdad sustantiva -entendida como el acceso al mismo trato y oportunidades, para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales- es uno de los retos más importantes en la lucha por la igualdad de género, que miles de mujeres libramos para construir ese cambio cultural que nos lleve a la plenitud en el ejercicio de nuestros derechos como personas.
La reforma constitucional, de 2019, que mandata la paridad de género en la integración de la totalidad de los órganos del Estado, como un derecho fundamental de la ciudadanía en el acceso a los cargos de elección popular, fue un avance considerable, pero se basa en el aspecto cuantitativo. La igualdad sustantiva se refiere al aspecto cualitativo, es decir, que las mujeres no sólo tengamos un número determinado de espacios, sino acceso a los cargos donde realmente se toman las decisiones.
El pasado 1 de diciembre, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, eligió como su presidenta a la ministra Norma Lucía Piña Hernández, la primera mujer en ocupar este cargo, en ser titular del Poder de la Unión encargado de la impartición de justicia y de defender nuestra Constitución y el estado de derecho.
En 200 años de existencia de la Suprema Corte, únicamente, catorce mujeres han sido ministras, siendo María Cristina Salmorán de Tamayo, la primera ministra, en 1961 y actualmente hay cuatro mujeres que ejercen como juezas constitucionales.
Y es un orgullo que exista, por primera vez, una mujer presidenta de la Suprema Corte, pero aún queda un trecho para lograr una auténtica igualdad sustantiva.
Según el Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal de 2018, levantado por el INEGI, persiste la dinámica de que, a mayor jerarquía, menos mujeres. Únicamente el 28% del Consejo de la Judicatura son mujeres. Hay un 30% de magistradas y un 42% de juezas. En tanto, el 67% de la fuerza laboral en otros puestos jurisdiccionales de menor nivel, son mujeres.
No cabe duda que vamos por bueno camino, tenemos avances en paridad de género en todos los rubros de la actividad pública, acciones afirmativas que ayudan a hacer una realidad lo plasmado en la Constitución y la Ley.
Además, ya el Poder Legislativo, y ahora el Poder Judicial, han tenido como titular a una mujer, pero queremos que ello se vuelva una absoluta normalidad y no un evento aislado que celebrar.