Caos en Sudáfrica tras aprehensión a expresidente Zuma
Las quejas son más por motivos económicos ajenos al caso de Zuma. ESPECIAL Incendios y saqueos, entre otros disturbios, sacuden el país por cuarto día consecutivo, luego del encarcelamiento del líder político Redacción/ Excélsior Los incendios y saqueos en Sudáfrica se extendieron ayer en el cuarto día de violencia desencadenada por la condena de 15 … Leer más
Las quejas son más por motivos económicos ajenos al caso de Zuma. ESPECIAL
Incendios y saqueos, entre otros disturbios, sacuden el país por cuarto día consecutivo, luego del encarcelamiento del líder político
Redacción/ Excélsior
Los incendios y saqueos en Sudáfrica se extendieron ayer en el cuarto día de violencia desencadenada por la condena de 15 meses de prisión para el expresidente Jacob Zuma, y el Ejército anunció que apoyará a las fuerzas de seguridad.
El actual mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa, afirmó que la cruenta violencia que asola a dos de las más populosas provincias del país, tras la detención de Zuma, tiene pocos precedentes en la historia de su democracia.
“Partes de nuestro país padecen actos de violencia pública, destrucción de propiedades y saqueos que pocas veces se han visto en la historía de nuestra democracia”, manifestó Ramaphosa en su mensaje por televisión.
Una audiencia ante el Tribunal Constitucional, que condenó a Zuma por desacato a finales de junio, discutía la calificación de su sentencia.
ANTECEDENTE
El expresidente fue declarado culpable porque fue citado a comparecer ante la comisión que investiga la corrupción estatal bajo su presidencia (2009-2018) y no se presentó, recordó el juez Mbuyiseli Madlanga.
Sin embargo, los disturbios se extendieron a Johannesburg, especialmente a sus barrios más pobres, por motivos económicos que no tienen que ver con la condena a Zuma.
En estos barrios, las restricciones por la tercera ola de COVID-19 impuestas desde junio afectan a los pequeños empleos con que sobreviven muchos de sus habitantes.
DESTROZOS
La gente iba a centros comerciales y tiendas, llevándose televisores, alimentos, colchones, frigoríficos e incluso una bañera en equilibrio sobre la cabeza.
La policía, presente pero poco numerosa, persiguió a los saqueadores disparando balas de goma para dispersarlos y realizó algunas detenciones, un total de 219, según datos disponibles.
El centro de Johannesburg presentaba un aspecto desolador de ventanas rotas y coches quemados. Los helicópteros de la policía sobrevolaron la megalópolis.
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