En un gesto cargado de simbolismo, el Papa Francisco inauguró el Jubileo 2025 desde la prisión de Rebibbia, en Roma, llevando un mensaje de esperanza y redención a los reclusos.
Esta ceremonia, que da inicio al evento eclesiástico que se celebra cada 25 años, reunió a miles de fieles y destacó el compromiso del pontífice con los sectores más vulnerables.
A sus 88 años, Francisco replicó el gesto que marcó el inicio del Jubileo 2025 dos días antes en la Basílica de San Pedro: cruzó el umbral de la puerta de la capilla de Rebibbia, simbolizando la apertura espiritual y el llamado a la esperanza.
“Quería que esta segunda Puerta Santa se abriera aquí, porque todos necesitamos abrir nuestros corazones y recordar que la esperanza nunca decepciona”, expresó el Papa ante los internos.
El Año Jubilar 2025, dedicado a la esperanza, tendrá su evento final el 14 de diciembre con una misa especial en el Vaticano dedicada a los presos, quienes son una parte central del mensaje del pontífice.
Desde que asumió su cargo en 2013, Francisco ha realizado numerosas visitas a prisiones, convirtiendo el ministerio penitenciario en un pilar de su labor pastoral.
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Crisis penitenciaria en Italia
El mensaje de esperanza de Francisco cobra especial relevancia en un contexto de crisis penitenciaria en Italia.
Según la Asociación Antígona, 88 reclusos se suicidaron en 2024, un máximo histórico que refleja el hacinamiento y las difíciles condiciones en los penales, cuya capacidad está al 132%.
Antígona respaldó las palabras del Papa, exhortando a las autoridades a garantizar castigos dignos y enfocados en la reintegración social.
“La prisión debe ser un lugar de rehabilitación, no de desesperanza”, señalaron.
En su homilía, Francisco instó a los presos a aferrarse a la esperanza como un ancla firme en tiempos de tormenta.
“Aunque sus manos duelan, no suelten esa cuerda que los une a la esperanza”, dijo el pontífice, conmoviendo a los presentes.
Compromiso global y Jubileo 2025
Durante su bendición en el Vaticano, Francisco reiteró su llamado a la paz mundial y abogó por la condonación de deudas a países pobres, describiéndolas como “insostenibles”.
Además, adelantó un intenso calendario para 2025, con celebraciones dedicadas a jóvenes, migrantes, maestros y fuerzas del orden, entre otros.
El Papa también confirmó un viaje a Turquía en mayo para conmemorar el 1700 aniversario del Concilio de Nicea, mientras sigue enfrentando los retos de su salud y la carga de un Jubileo que busca transformar realidades.