Es magnífico tener buenos propósitos de año nuevo, pero, como bien sabemos, nuestras buenas intenciones de cada enero generalmente se quedan solo en eso: buenas intenciones. En ocasiones, son demasiado vagas: “Cuidar más mi salud”, “encontrarle el lado bueno a la vida”. Otras son más aterrizadas, pero carecen de un plan para concretarlas. Por ejemplo: ‘Ir al gimnasio’, sin definir dónde, cuándo y cómo.

Yo te propongo una alternativa: hacerte de nuevos hábitos para hacer de tu vida un eje de bienestar en beneficio propio y de aquellos quienes te rodean. En esta y las próximas tres entregas, te compartiré más de una decena de prácticas recomendadas por Dacher Keltner y Emiliana Simon-Thomas, reconocidos catedráticos de The Greater Good Science Center, de la Universidad de Berkeley, California.

Expreso desde aquí mi más cordial agradecimiento a mi querida amiga Alicia Sofía Garfias, por ponerme en contacto con dichas técnicas, que le fueron enseñadas con tanto ahínco por estos dos profesores.

Visualización de metas

Los estudios científicos han demostrado que una manera efectiva de combatir la inercia, la depresión y el desánimo es saber proyectarse mental y emocionalmente hacia el futuro. De esta manera, en vez de quedarnos atorados en el presente, nos visualizamos haciendo nuevas cosas, que habrán de revitalizarnos.

A este ejercicio le dedicarás 10 minutos diarios durante tres o más semanas. Primer paso: Escoge una meta que te gustaría concretar en el plazo de uno o dos días y ponla por escrito, digamos: “Hacerme un chequeo médico”. La meta que selecciones deberá ser relevante en este momento particular de tu vida. De este modo, un examen médico podría ser el primer paso para retomar el control de tu bienestar emocional y físico. Segundo paso: escribe qué pasos específicos deberás seguir para el cumplimiento de tu objetivo. Por ejemplo: a) sacar cita, b) hacerme el chequeo, c) llevarle los resultados al médico.

Meditación para valorar el presente

Numerosos estudios científicos han revelado que la práctica de la meditación es uno de los mejores remedios para prevenir el estrés y evitar enfermedades. No se requiere ser un iluminado para seguir las sencillas etapas que a continuación te detallo:

Le dedicarás de 20 a 30 minutos diarios a esta práctica durante dos o más semanas. Primer paso: Busca un lugar libre de distracciones o interrupciones. Segundo paso: Siéntate en una silla o sobre un cojín en el piso, con la espalda bien derecha; cierra los ojos o concentra la mirada en un punto en particular, por ejemplo una flor o algún objeto en la pared. Tercer paso: Haz varias respiraciones profundas para ayudarle a tu cuerpo y a tu mente a relajarse sin dejar de mostrarte alerta; toma conciencia de las sensaciones en tu cuerpo. Cuarto paso: Pon atención a los ruidos que te rodean; solo escucha los sonidos, no intentes explicarlos o interpretarlos. Quinto paso: Pasados unos minutos, concéntrate en tu respiración; sin intentar controlarla, siente la contracción y expansión de tu abdomen, así como la sensación en tus fosas nasales al entrar y salir el aire. Si tu mente empieza a divagar, no intentes tomar control de tus ideas, simplemente redirige la atención hacia el ciclo de respiración.

Fotos con sentido

Gracias a los celulares, tomarnos fotos a cada rato se ha convertido en la extendida práctica de las ‘selfies’; sin embargo, una vez que nos tomamos la foto y la compartimos en nuestras redes sociales, nos olvidamos de esta.

Si nos hacemos el propósito de tomar también fotografías con un significado más profundo, podremos establecer con más claridad qué es lo que realmente valoramos en la vida. Los expertos señalan que hay una conexión directa entre el bienestar personal y el darle sentido a nuestras acciones. Una de las maneras de fortalecer dicho vínculo es la siguiente:

Invertirás 15 minutos diarios, durante una semana, en este ejercicio. Al final del mismo, te sentarás una hora para reflexionar por escrito sobre los resultados obtenidos. Primer paso: A lo largo de la semana, tomarás fotografías de diversas cosas que le dan sentido a tu vida. Pueden ser personas, mascotas, paisajes, o situaciones; la idea es que saques al menos 10 fotos. Segundo paso: Al terminar la semana, pasa las fotos a tu computadora. Tercer paso: Observa cada una con detenimiento y reflexiona sobre los motivos que te impulsaron a tomarla. Cuarto paso: Para cada una de las fotos, responde por escrito la siguiente pregunta: ¿qué representa para mí esta imagen y por qué la considero significativa?

Te espero el próximo lunes en este mismo espacio, para poner a tu disposición otros saludables hábitos en este venturoso inicio del 2016.

(*) Doctor en Comunicación por la Universidad de Ohio y Máster en Periodismo por la Universidad de Iowa.