Sin necesidad, continuamos en el fracaso de la educación básica. Los alumnos de nuestro país están atrapados en el bajo rendimiento, la desmotivación y la falta de compromiso por el estudio y su escuela, porque no hay quien encuentre soluciones a estos males.
Los resultados de PISA 2012, en los que se sustenta el informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Estudiantes de bajo rendimiento, muestran que más de uno de cada cuatro alumnos de 15 años, de los países de la OCDE, no habían alcanzado un nivel de conocimientos básicos en al menos una de las tres asignaturas principales evaluadas: lectura, matemáticas y ciencia. Recordemos que México pertenece a la OCDE.
Si alguien pensaba que los resultados que muestra el estudio de la OCDE son un problema de los países latinoamericanos o de toda la organización internacional, hay que recordarle que en el informe ocupamos el lugar 53 entre 64 países evaluados. Estamos por debajo de la media y los resultados obtenidos por nuestro país han bajado entre 2003 y 2012, con un ligero repunte en Matemáticas entre 2003 y 2006, que luego se perdió.
En nuestro país, parece que a nadie le importa lo que señala la OCDE, cuando advierte que un rendimiento bajo en la escuela tiene consecuencias a largo plazo, tanto para el individuo como para el conjunto de la sociedad. Cuando una gran proporción de la población carece de habilidades básicas, el crecimiento económico de un país a largo plazo se ve amenazado. Más claro ya no puede ser, no hay posibilidades económicas si no se atiende la educación básica. No es fácil, pero tampoco es imposible. En la actualidad, parece que el mundo se hunde en el desastre económico, pero en estos naufragios solo se salvan los que tienen “Capital Humano” suficiente y de calidad. (Schleicher, Andreas. 2016 ‘Resultados de bajo rendimiento’. PISA/OCDE/Unión Europea. oecd.org. Paris, Francia).
El estudio de la OCDE tiene dos subtítulos interesantes: Porque se quedan atrás y Cómo ayudarles para que tengan éxito. El problema y la solución son como las dos caras de una misma moneda. El estudio propone respuestas técnicas. Los maestros que trabajan en la USEBEQ tienen respuestas menos técnicas, pero igual de veraces. ¿Por qué se quedan atrás los alumnos? Porque tienen dificultades para acceder y permanecer en la escuela, llegan a clases mal alimentados o sin haber desayunado. En Finlandia, el Estado les otorga a todos los alumnos una beca equivalente a 450 dólares norteamericanos para ayudar a sus gastos de traslado, alimentación y hospedaje (Oppenheimer, Andrés. 2010. ‘¡Basta de historias!’. Editorial Random House Mondadori. México).
México no podría ofrecer este lujo, pero sí puede atender, con modestia pero con efectividad, el traslado y la alimentación de los alumnos de educación básica. Hay suficiente dinero para eso y más, esos recursos se encuentran en el mismo lugar, en donde los políticos saquean a la institución educativa haciendo ‘economías’ para sus futuras campañas y para frivolidades.
Los alumnos no aprenden matemáticas, lectura y ciencias, porque no hay materiales didácticos adecuados para esta enseñanza y los maestros no fueron capacitadas en las normales ni en sus centros de trabajo para tal fin. Los apoyos didácticos son indispensables y la capacitación efectiva de los profesores es impostergable. Además de los libros de texto, cada año se compraban en la USEBEQ libros para el fomento de la lectura, que servían también para la enseñanza/aprendizaje de matemáticas y ciencias. Una autoridad decidió que este era un gasto innecesario y lo quitó. Nadie sabe a dónde fue a parar ese dinero.
La planta física de las escuelas está muy deteriorada y es obsoleta. Es necesario asignarle presupuesto a los planteles para que funcionen e iniciar una campaña general para adecuar las aulas, equipos, sanitarios y anexos, para que puedan ofrecer una educación digna y de vanguardia. Los programas actuales son selectivos y apestan a condicionamiento y promoción política.
El liderazgo es fundamental para la mejoría de los alumnos. Mientras se siga depositando la administración de las instituciones educativas a políticos, parientes o protegidos que no saben, no pueden, ni quieren, no habrá aprendizaje.
Por: Amado López Guerra