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La inexplicable y sorprendente visita del candidato republicano Donald Trump a México por invitación del Presidente de México Enrique Peña Nieto, no fue producto de una ocurrencia o de una improvisación  “coyuntural” de la actual administración federal, no, esto fue planeado con toda la intención. Distintas publicaciones basadas en fuentes gubernamentales mexicanas y la entrevista … Leer más

5 de septiembre 2016

La inexplicable y sorprendente visita del candidato republicano Donald Trump a México por invitación del Presidente de México Enrique Peña Nieto, no fue producto de una ocurrencia o de una improvisación  “coyuntural” de la actual administración federal, no, esto fue planeado con toda la intención.

Distintas publicaciones basadas en fuentes gubernamentales mexicanas y la entrevista televisiva con Joaquín López Dóriga posterior al hecho, confirman que el de la idea, quien gestionó la misma y además defiende lo indefendible fue el Sr. Videgaray, quien logró imponerse incluso por sobre la opinión en contra de la canciller Claudia Ruiz Massieu.

Las interpretaciones de los hechos ocurridos han proliferado, sin embargo, ni el mismo Sr. Videgaray, funcionario entrenado para no aceptar jamás ni el más mínimo error de sus ineptitudes, como encargado de la Hacienda Nacional, de ninguna manera iba a dar una explicación satisfactoria para la burla que esta visita ha representado para la imagen presidencial y las relaciones bilaterales con los Estadios Unidos de Norteamérica, nuestro principal socio comercial, político y en seguridad. Descontando la absurda respuesta oficial relativa a que se trataba de estabilizar mercados: ¿Cuál fue la razón de la invitación? ¿Por qué un día antes de la entrega del cuarto informe de gobierno? ¿O esperaban que éste pelafustán cambiaría en algo? ¿Acaso no calcularon que se aprovecharía, para salvar en algo su campaña presidencial?.

Una de las responsabilidades más importantes para el Presidente de México, desde el primero en 1824, es atender las relaciones bilaterales OFICIALES con los EEUU. El Presidente Peña, desde su campaña para la presidencia dejó entrever que una de sus intenciones era ignorar al Presidente Obama, prometió que haría grandes negocios con América Central con Costa Rica en especial y que contraria a un asesor colombiano, rompiendo con el acercamiento histórico entre las FFAA de aquel país y las nuestras. No solo no resultaron, el mentado asesor colombiano salió por la puerta de atrás dejando un escenario de mayor inseguridad comparado con el inició de la presidencia actual de la República.

Si bien en su última visita a los EEUU dijo que pondría especial atención a las relaciones bilaterales. Que bien que lo haya reconocido al finalizar su cuatro años de gobierno.

Sin embargo, lo que no queda claro es la imprudencia de un acto de esta naturaleza nada mas y nada menos que con el candidato opuesto al partido del actual presidente de aquel país, pasando por encima de las recomendaciones de la Canciller. ¿Y que tal que si gana Hillary? ¿Con qué cara la va a felicitar? ¿O acaso también la va a invitar? ¿Será que la Presidencia de la República se estará convirtiendo en una agencia promotora de campañas presidenciales de la región?

Ante el débil mensaje al final de la visita del Presidente  Peña, en donde omitió imponer su condición e investidura presidencial con el candidato que representa Trump, lo único que logró fue exponer a la imagen de México y darle todo el campo posible a su invitado para manipular el contenido del encuentro, inclusive en su regreso a Arizona. Las consecuencias de éste hecho inexplicable las pagará él y desafortunadamente México, esto de “engrosarle el caldo” a este tipo, quedará como parte de los desatinos con los que pasará a la historia.

Entre tanto la opinión pública se concentró en éste hecho  grotesco y ridículo tanto para el manejo del poder, como de las relaciones bilaterales con los EEUU, fue entregado el cuarto informe de gobierno. Y eso si que debe importarnos. Contiene cinco ejes: México con educación de calidad; México prospero; México incluyente; México en paz y México con responsabilidad global. Del resumen que se ha publicado y la campaña esa de historias de superación de mexicanas y mexicanos, se distingue la omisión de no comparar contra un el plan de gobierno, pero peor aún poner al descubierto la situación económica y el deterioro consistente y constante de indicadores macroeconómicos y de la Seguridad Nacional.

Algunos de los indicadores clave del desempeño económico y de los cuales el Cuarto Informe debería dar cuenta son los siguientes:

La Balanza Comercial que es el resultado de la resta aritmética entre las exportaciones e importaciones, de acuerdo con el INEGI, la administración que encabeza el Presidente Peña presenta un déficit acumulado de 2013 a junio de 2016 de 25 mil millones de dólares. De continuar esta tendencia podría concluir su gestión con un déficit de superior a los 55 mil millones de dólares.

Las disminución de las reservas de dólares del Banco de México que es el seguro con el que hoy en día se cuenta para hacer frente a situaciones como la que se está presentando. Las reservas internacionales disminuyeron 8.5%, equivalente a 16,322 millones de dólares en el 2015, de acuerdo con datos preliminares del Banco de México. Las reservas pasaron de 193,045 millones de dólares a 176,723 millones, correspondientes al jueves 31 de diciembre del 2015.

El valor del peso frente al dólar en diciembre de 2012 su valor era 12.96 y al mes de Julio ha estado oscilando alrededor de  19.0 pesos por dólar, arroja una devaluación del 46%, la mayor devaluación desde el sexenio encabezado por Miguel De La Madrid.

Las exportaciones de crudo, ingreso clave para el déficit público al que el dúo Peña-Videgaray como modelo de desarrollo económico, arroja los siguiente resultados: del 2012 al 2016, se habrán reducido a la tercera parte, de 49 mil millones de dólares en 2012 a unos 15 mil que serán los de 2016

Déficit en la cuenta pública, arrancaron en 2013 con el 1.8% del PIB, luego en 2014 a 2.6% , en 2015 a 2.8% y para el 2016, no se ve como vaya a ser menor del 3%. La deuda pública ya representa el 52.1% de la deuda del país.

La inflación al productor anualizada al primer semestre ya es superior al 7%.

¿De la Seguridad? mejor ni citamos todos los traspiés que el Sr. Osorio ha tenido, quizás baste señalar que van desde haber querido leerle la cartilla a las FFAA cuando según él y su asesor colombiano había que redefinir la regionalizacón que nuestras fuerzas armadas han tenido históricamente, hasta no dar la cara con el conflicto del CENTE.

Lo anterior si que representa una buena razón para haber invocado a Tlacaélel, el gran estratega Azteca, quien diseñó la célebre estrategia de la cortina de humo en la batalla contra el Rey de Texcoco, para colar a un batallón y dar captura al Rey. Con este desastre de resultados de su gestión como Presidente de la República, si que valía la pena para el dúo dinámico Peña-Videgaray, hacer esta cortina de humo, aunque a cambio se hiciera el ridículo una vez más.

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