Muchos calificaron como “valiente” y “necesaria” la decisión del alcalde ‘Felifer’ Macías de poner orden y retirar a los comerciantes ambulantes del Centro Histórico. Por décadas, el ambulantaje no pudo ser retirado y el problema se encontraba fuera de control. Los comerciantes se apoderaron de andadores, banquetas y plazas públicas, y los operativos anteriores, por parte de inspectores municipales, solo habían generado conflictos, disidencia y anarquía. La estrategia del pasado viernes debe tener fundamento legal para argumentar el uso de la fuerza pública y que el orden no se salga de rumbo.