En todas las civilizaciones y sociedades, la figura de la madre es una figura sumamente respetable y en algunos casos llega al grado de la veneración. Los católicos, por ejemplo, en la figura de la Virgen María en sus diferentes advocaciones, tenemos la imagen permanente de la madre que nos cuida, que nos ayuda, que nos escucha, que atiende nuestros ruegos y que está siempre con nosotros.