Los espacios públicos se convirtieron, en cosa de dos siglos, en los motivos de preocupación de todo gobierno. Entiéndase por espacios públicos las calles, pero también los edificios de gobierno, las instalaciones eléctricas, los ductos de combustibles, el drenaje, las autopistas, los parques y jardines, el alumbrado público, las escuelas, las universidades y hasta los hospitales, pero también los espacios que siendo privados son motivo de convivencia social como las salas de cines o de teatro, los centros comerciales o los estadios donde se practican deportes, hasta inclusive un restaurante o un bar o un antro. De tal forma, que estos espacios públicos son ahora el principal motivo de riesgos y de vulnerabilidades.