Juan Carlos Sámano
Licenciado en Administración, Expresidente del Centro taurino queretano AC. Periodista taurino y asesor del juez en festejos taurinos
Lamentablemente en días pasados, exactamente el día de San Luis Rey, sufrió un fuerte percance el diestro tlaxcalteca Sergio Flores, en la plaza El Paseo. Muchos y variados han sido los comentarios al respecto, en el sentido de conocer qué es lo que mueve a estos valientes a realizar este tipo de proezas, y me refiero específicamente a ejecutar una “larga” de rodillas a portagallola, arriesgando en demasía su integridad física y hasta la propia vida.
Tratando de sumergirme en la mente de los diestros y tratando de deducir qué es lo que los motiva en su interior para deleitarnos con estas grandes pruebas de valor, llego a la conclusión de que no cualquiera es capaz de hacerlo. Aunque todos tienen una gran dosis de valor, no todos tienen el suficiente para realizar este tipo de lances. Se requiere del llamado “valor sereno”, ese que te permite pensar en la cara del toro, pero, sin duda, lleva una pequeña dosis de inconciencia. Por otro lado, ante la necesidad de destacar y buscarse un lugar importante que les permita ser considerados en los grandes carteles y alternar con las llamadas “figuras”, es necesario hacer algo diferente, algo que “transmita” emoción al tendido, sobre todo porque tanto el toreo actual como la crianza del toro de lidia, en la mayoría de los casos, están inmersos en un mar de monotonía.
¿De qué forma podría destacar y llamar la atención un torero, si no es a base de hacer cosas diferentes?, ¿cómo podría un torero mostrar sus cualidades, sus ganas de trascender, su hambre de triunfo si no es de esta manera? Un caso muy similar sucedió recientemente en Madrid, cuando el diestro mexicano Joselito Adame se tira a matar únicamente con el estoque en la diestra y usando su propio cuerpo como engaño y a sabiendas de que el golpe era eminente. ¿Qué necesidad había de hacer esto?, tratándose de un importante torero, sobre todo en México, y cuya agenda está sumamente saturada en tierras españolas de cara al término de la temporada. Pues la respuesta es el hecho de hacer cosas diferentes en un coso tan importante y que permita llamar la atención de empresarios y de la exigente afición.
Este tipo de recursos son necesarios en beneficio de la fiesta y de los propios diestros, ya que aportan variedad, emotividad y síntomas de renovación en la fiesta. Únicamente queda por parte de nosotros, los aficionados, valorar y reconocer ese gran esfuerzo.