Definitivamente, Venezuela está de malas por la calidades políticas y humanas de sus dirigentes, que no saben administrar y lo único que hacen bien es robar y ahorcar económicamente a su pueblo; y porque además tiene en contra a Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, uno de los mandatarios que, en su afán de asfixiar al presidente Nicolás Maduro, colabora a llevar a sus habitantes al borde del abismo, en su afán de llevárse el petróleo, la única riqueza del país sudamericano.
Lo cierto es que la OEA, la ONU o cualquier otro organismo internacional tiene miedo de entrometerse en la crisis; mientras que Venezuela, cada día que pasa, muere lentamente de manera irremediable, acosada por el hambre, la falta de medicinas, la delincuencia y una depreciación inverosímil.
El Gobierno estadounidense prohibió esta semana a toda persona o compañía sujeta a sus leyes realizar operaciones que involucran criptomonedas venezolanas, y sancionó a cuatro funcionarios y exfuncionarios chavistas, intensificando la presión de Washington sobre el Gobierno de Maduro, pero ello conlleva un efecto colateral que ya hemos explicado y que fue rechazado de manera inmediata por el Gobierno del país sudamericano, el cual dijo que no es de extrañar la intromisión de Estados Unidos, en los asuntos internos, por considerarse superiores.
En ese pulso ajedrecístico, Maduro y sus maquiavélicos colaboradores, encabezados por Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tienen todas las de perder con Trump, quien dijo que tomó esta decisión por las determinaciones tomadas por el Gobierno de su homólogo venezolano, para intentar eludir las sanciones con la emisión de una moneda digital.
Lo anterior suena lógico, pero en el fondo suena igual de falso que cuando el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, invadió a Irak en 2003, con el fin de ubicar y aniquilar la amenaza de las armas de aniquilación masiva que amenazaba al mundo, y que al fin se conoció que solo fue un pretexto para adueñarse del petróleo del país árabe.