Es indudable qué Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Nicolás Maduro, son dos de los gobernantes más peligrosos y cínicos que existen en la actualidad.
Trump frente al escándalo sexual con la dama de compañía Stormy Daniels anunció la expulsión de Estados Unidos de 60 diplomáticos rusos, como respuesta al ataque con gas nervioso en Gran Bretaña a un exespía de los servicios de inteligencia de Moscú y a su hija. Lo anterior bien puede ser considerado como una cortina de humo de doble vía, que bien utilizada cómo está sucediendo es una buena distracción para el mundo actual amante del chisme y de la farándula.
La Daniels denunció que fue amenazada lo que pone más morbo a la tercera acusación extramarital.
En el caso del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, quién anunció elecciones presidenciales para el 20 de mayo, tiene sumida a la población en el embeleco de su realización o no en la fecha prevista dejando en un segundo plano la angustiosa situación que vive los habitantes de su país, que derrapan las bolsas de basuras buscando alimentos o cruzan las fronteras para pedir asistencia médica porque en su país no la encuentran como tampoco educación y libertad.
Ese juego sirvió para que oposición se dividiera, lo que provocó que la gobernabilidad del presidente no se discuta, es decir que no corra peligro.
La verdad es que los gobernantes en mención además de ‘pillos’ son unos cínicos que pasan en un abrir y cerrar de ojos a convertirse en camaleones que se mimetizan para sacar provecho de sus facultades histriónicas que han demostrado, en más de una ocasión, para querer perpetuarse en el poder.
En el caso de Trump esta pronto para iniciar su campaña para continuar en la Casa Blanca mientras que Maduro, no obstante que la Asamblea Nacional le pidió a las Naciones Unidas no avalar las elecciones del 20 de mayo, por considerarlas ilegales, muy seguramente las efectuará a pesar de que se dice hay ruido de sables para deponerlo y seguramente será reelegido.