Con temas que son de importancia en este siglo, como migración, energía, cambio climático, desacuerdos, la bienal de Arquitectura 2018 en Venecia, en su 16° edición se inauguró en mayo y concluirá en noviembre.
Es punto de encuentro tanto de México como de 64 naciones, y donde por primera vez participarán países como Arabia Saudita, Guatemala, El Líbano, Mongolia, Pakistán y Vaticano.
Pabellones donde el tema “Freespace”, replantea la nueva mentalidad que deberán de tener arquitectos y urbanistas en el mundo, como actuar con conciencia y responsabilidad social, no pensar egoístamente al crear construcciones geniales, ni diseñar al servicio de los inversores, instalarse en una nueva ética, porque hasta el momento existe arquitectura que ha causado daño a la humanidad.
Se buscan arquitectos que construyan para las personas, que se replantee los diseños, arquitecturas que permitan la resiliencia, que busque los procesos antes que los resultados y de alguna manera sea una arquitectura de sanación o curación social de la arquitectura creada en los años ochenta.
Países como Israel, Australia, o Argentina, nos narran con arquitectura, los desastres, por ignorar al ser humano o a la naturaleza, la cual deberá revertirse, tener carácter social y sostenible, ocupar los recursos locales, materiales regionales, no encauzar el turismo a las poblaciones sin antes encauzarlas a su desarrollo social o en programas que beneficien a la comunidad, impulsar regiones sostenibles, y crear museos que reaviven la actividad social, mirar realmente las necesidades actuales y mucho amor por el detalle.
Una reflexión muy contundente fue que la arquitectura no necesita tener estatus de rendimientos, más bien estatus con iniciativas ciudadanas, donde a la población se le integre a disfrutar y vivir en sus poblaciones o ciudades, y no que “albergue” o guarde ciudadanos en los espacios. Esta revolución en la arquitectura deberá estar desde el diseño de los productos, el diseño arquitectónico, urbanístico y porque no, con nuevas formas orgánicas adaptadas a tener resiliencia.