Es fácil señalar al otro y percatarnos de cada uno de los errores que está cometiendo la otra persona, pero qué no sería más sencillo ver los nuestros y trabajar por corregirlos, para así poder mejorar no sólo nuestra situación sino la de muchos otros.
Como dice la frase “La vida es sencilla o pones excusas o tomas decisiones” y en cuanto a la forma de ser de cada uno también tenemos 2 opciones. La primera en donde siempre tienes una excusa perfecta, manipulas y chantajeas a la gente a tu antojo, crees que las soluciones están en alguien más pero nunca en ti, y siempre somos los pobrecitos; en pocas palabras somos la víctima de cualquier situación o está también el lado opuesto, el ser una persona asertiva, que acepta las consecuencias de sus elecciones, se encuentra en constante monitoreo tanto de sus pensamientos como emociones y sentimientos, sabe manejar las situaciones y es comprometido. Y déjenme decirles que en cuestión de discapacidad hacia el lado que nos solemos hacer comúnmente o al menos al principio tanto las personas con discapacidad como las personas que nos rodean es el Asistencialismo donde la frase más común es “No te preocupes yo lo hago por ti”, y tal vez por un tiempo esté bien, mientras que lo requiramos, pero si continúa, a la larga eso lejos de ayudarnos, lo único que provoca es que caigamos en nuestra zona de confort y nos la creamos de verdad que no podemos y que siempre vamos a necesitar de alguien para salir adelante.
Esto no quiere decir que el gran trabajo y esfuerzo que hacen las instituciones sea malo, al contrario, ya que gracias a esas atenciones muchos hemos mejorado y aprendido a ser autosuficientes, y es parte del proceso por el cual todas las personas con discapacidad tenemos que pasar a lo largo de nuestra vida, pero sí que se esté consciente que no es lo único que apoya a una persona con discapacidad ya que de igual manera, debe de aprender a salir adelante por su propia cuenta y con sus propios recursos.
La discapacidad es un tema de todos y para todos y no se trata de vernos como los más débiles o los que siempre necesitarán de algo, sino como personas que al igual que todos, día con día luchamos por salir adelante.