En las prisas de movilizarnos por la ciudad de Querétaro, a cualquier lugar, y en cualquier modo de transporte, pocas veces nos percatamos de los demás y del entorno, vamos enfocados en nuestros destinos y preocupaciones.
Pero siempre hay dos cosas que nos llamaran la atención en la ciudad, desde cualquier lugar; uno es el color, porque nos devuelve el ánimo, nos alegra, e invita a tomar energía para seguir con rutinas, y el otro es la naturaleza procurada, respiros en una ciudad.
La semana pasada, en un recorrido, por la parte nororiente de la ciudad, visualizamos de que cada vez hay más casas pintadas de distintos colores, y sorprendentemente a lo alto del cerro dice “Welcome to Menchaca”.
Este movimiento de “pintar hogares”, surge mundialmente para dignificar varios barrios, o favelas como el de Santa Marta (Rio de Janeiro, Brasil) donde Michael Jackson realizo un video en los 90´s, Johannesburgo en Sudáfrica y Medellín en Colombia. Pero se preguntará ¿De verdad, sirve?, ¿En algo cambia, con ponerle colores alternados?
Lorenzo, joven habitante de Menchaca, es plomero, y nos indica, que ahora el pasar por “su” quiosco recién pintado, le da alegría identificarse con su colonia. Una chica, que estudia, y todas las noches la espera su madre en la parada, piensa, y luego comenta que, con los colores se da cuenta con más facilidad ¿Quién? va adelante, “Se ve más luz” dice.
Sin duda son colonias marginadas, con carencias -falta de servicios básicos, y transporte alejado de sus calles- pero tienen derecho a identificarse, expresarse, superarse, pacificarse y mejorar. Aunque falta, hoy tienen orgullo y satisfacción porque no se topan con el gris de los ladrillos.
Uno que va pasando, y los ve a muchos kilómetros, o es funcionario público, tiene que recordar que son parte de la ciudad, que debemos de acercarnos y acercarles lo básico, porque como dicen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la agenda 2030; “Que nadie se quede atrás”; porque todos, debemos un día caminar desde el mismo lugar para avanzar y mejorar. Ellos… ya nos dieron la bienvenida.