Hace una semana en Australia, el partido de izquierda perdió una elección que suponía iba a ganar, ante un Gobierno conservador encabezado por un cristiano evangélico que se ganó los votos de la clase trabajadora oponiéndose a las políticas climáticas liberales.
La semana pasada en India, el primer ministro nacionalista hindú, Narendra Modi, obtuvo una aplastante victoria electoral, y los europeos eligieron un Parlamento con una representación más populista que antes.
En otras palabras, la pérdida de fuerza del liberalismo en el mundo parece continuar. El populismo de derecha lucha para gobernar en la práctica, pero claramente tiene un atractivo político duradero, que como señala Tyler Cowen en una columna de Bloomberg, todavía no ha sido contrarrestado por el nuevo socialismo, la nueva nueva izquierda.
El contexto global es útil para reflexionar sobre cómo entienden los liberales estadounidenses su propia situación. Desde la conmoción ocasionada por la elección de Trump, muchos liberales han decidido que su propia coalición es la verdadera mayoría estadounidense, victimizada por instituciones que se oponen a la democracia y un Partido Republicano antidemócrata. Su estado de ánimo es de enojo ante el sistema y de confianza en su mandato no reconocido y temporalmente obstaculizado: ellos tienen las estructuras, pero nosotros tenemos los números.
Pero, ¿qué pasa si los liberales estadounidenses, aunque no tengan suerte en el Colegio Electoral, tienen más suerte de la que creen en otras maneras?
El hecho de que el populismo esté floreciendo internacionalmente, más allá del Colegio Electoral y Fox News, sugiere que las fallas específicas de Trump podrían, de hecho, estar impulsando el liberalismo estadounidense.
Si tuviéramos un presidente populista que no alejó a tantos electores fáciles de persuadir, que se aprovechó por completo de una economía fuerte y que tuvo la astucia política de Modi o de Benjamín Netanyahu o de Viktor Orban, la creencia liberal en un mandato oculto de centroizquierda podría exponerse como una ilusión ingenua.