La derrota de la Selección Mexicana ante su similar de Argentina no estaba contemplada en el catálogo de resultados del equipo dirigido por el director técnico Gerardo Martino o al menos no con ese amplio marcador.
Si bien el ‘Tata’ ya había dicho que existían diferencias futbolísticas entre ambas escuadras y que en el escalafón mundial, los argentinos están en la primera línea de las selecciones nacionales y México un escalón abajo, el marcador no era para tanto.
De los cuatro goles, tres descuidos graves dieron al traste con el planteamiento original del partido. Sin demeritar lo realizado por Lautaro Martínez, quien hizo esos tres; es claro decir que los defensas mexicanos no salieron concentrados y pagaron las consecuencias. Para mí el 1-0 a favor de los pamperos era suficiente para ajustar el resultado.
Lo que es verdaderamente preocupante es que nuestros jugadores fueron incapaces de crear peligro sobre el marco rival. Ni Jiménez, ni Lozano, ni ‘Tecatito’ fueron más allá de una defensa férrea albiceleste.
Nuevamente ensombrece el ataque nacional, se confirma un padecimiento crónico y simplemente no hay quien la meta en partidos que dan otra dimensión, es decir, no es lo mismo anotarle a Estados Unidos, Panamá, Jamaica o Aruba, que a la Selección de Argentina, Alemania, Brasil, Inglaterra o España, por mencionar algunas. Es lamentable que se dejen ir estas oportunidades.
Yo creo que a eso se refiere el actual director técnico de la Selección, somos de segunda y tenemos que trabajar enfocados en ser contundentes en estos duelos para dar un brinco de calidad. Ya se dio la primera derrota del ‘Tata’ al frente del Tri, tendrá que sacar sus propias conclusiones y ahora sí tiene una medida real para los próximos compromisos.
Es el llamado para los directivos, no empiecen a querer cambiar al entrenador porque no hay más. No habrá quien le entre al quite a la mitad del proceso.
Dejemos a Martino terminar, y lo digo también por si algún jugador se le ocurriera “tenderle la cama”. Está de moda decir que si le va bien, le va bien a México y creo que en el futbol aplica con Martino. Atentos y que la derrota ayude a afinar los detalles tan sencillamente detectados, pero qué complicados de materializar, la contundencia.