El recelo a la crítica puede ser parte de alguien quien no responde a las dudas ni resuelve y ni construye a través del diálogo o la denuncia
‘Mish’ Miranda
La característica número uno de un autócrata, es el miedo y aversión a la crítica, se describe como alguien que no responde a las dudas y no es capaz de resolver y construir a través del diálogo o la denuncia.
El Presidente de México, decidió exponerse todos los días ante la prensa desde el día uno de su Gobierno, en la muy conocida ‘mañanera’.
Lo anterior, para hablar de su accionar como gobernante, pero olvidó varios detalles, que el ejercicio no es únicamente unidireccional, que la voz de la mayoría es plural, que existe el disentimiento y que el cuestionamiento y la duda son parte del proceso sano de una democracia participativa.
Está claro que en los asuntos públicos, el que trabaja con el dinero de nuestros impuestos, tiene la obligación de rendir cuentas, de aceptar las críticas, de transparentar y no sólo de eso, si no de escuchar para resolver las necesidades de la ciudadanía.
Cualquier espacio de toma de decisión tiene una pertinente y necesaria exposición a la crítica, eso deberíamos de saberlo.
En resumen, la libertad de expresión, no suele ser un camino por el que los miembros de este gobierno transiten con armonía. El disenso se castiga con linchamiento y hasta las expresiones de periodistas o líderes de opinión se ve opacadas por las nuevas voces de la 4T que no están abiertas al debate, al contraste o a la denuncia de las acciones públicas.
Ofertan bolsas para fallecidos por Covid-19 en redes sociales
Ante los tiempos de incertidumbre que estamos viviendo, el manejo de la información veraz es de vital importancia para brindar certezas.
Es altamente irresponsable construir narrativas armadas y sumarse en la desacreditación de los diagnósticos científicos ante la pandemia, por poner un ejemplo o hasta de opacar las realidades o agendas, como la económica; que deberían ser visibilizadas de urgencia y permitir ser analizada por los especialistas, para comenzar con acciones concretas para evitar esta caída anunciada.
Lo más grave, las declaraciones hechas en días pasados sobre su apreciación de la prensa como “conservadora y poco ética”, categorizando e imponiendo su línea de pensamiento, divisoria y en contra de quienes dedican su labor desde el periodismo, que hace sólido un contrapeso vital.
Seguirá preocupando la incapacidad, la falta de reconocimiento de la pluralidad, lo que comenzará a desgastar aún más su relación con la prensa y la academia.
Esperemos que la libertad de expresión en México no se intimide, no se diluya y se levante fuerte, con más defensa por parte de la ciudadanía para seguir avanzando en el desarrollo de la nación.
GMCS