Frente al proceso electoral más grande de la historia es necesario tener un INE fuerte y preparado
Hugo Lora González
La mitología griega nos relata la historia del gigante guardián de los cien ojos que para vigilar permanentemente algunos de sus ojos dormían habiendo siempre varios otros despiertos. Esto lo hacía un cuidador muy efectivo que defendía a Hera de todos los peligros que pudieran presentársele, pues lo valioso requiere de vigilancia constante.
El jueves de la semana pasada rindieron protesta los cuatro nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) por el periodo 2020-2029: Norma Irene de la Cruz Magaña, Carla Astrid Humphrey Jordan, José Martín Fernando Faz Mora y Uuc-Kib Espadas Ancona. Y aunque no tengan 100 ojos cuentan con atribuciones para vigilar una de las partes más importantes e influyentes de nuestra realidad, la democracia. Ellos son los encargados de observar las acciones de los partidos políticos, designar a los funcionarios que trabajarán durante los procesos electorales, demarcar los 300 distritos electorales, entre otras cosas.
Frente al proceso electoral más grande de la historia es necesario tener un INE fuerte y preparado. Nunca se habían elegido a tantos funcionarios públicos como ocurrirá en 2021, pues además de la Cámara de Diputados, se votará para 15 gubernaturas, congresos locales en 30 estados y casi dos mil municipios.
A pesar de que la elección de los miembros del Comité Técnico Evaluador, órgano colegiado que se encarga de designar las quintetas de candidatos para consejeros electorales frente a la Cámara de Diputados, se vio manchada por escándalos los nuevos consejeros tienen perfiles buenos. Una periodista, una abogada, un filósofo y un historiador; todos con maestría y con amplia experiencia en el sector electoral; y solo uno ha estado vinculado con partidos políticos (PRD, Comunista Mexicano, Socialista Unificado de México y Mexicano Socialista) y fue diputado federal (Uuc-Kib por el PRD de 2000 a 2003).
Estos guardianes de nuestra democracia se encuentran frente a un panorama lleno de peligros para la misma: un régimen encabezado por alguien que se ha encargado de terminar con instituciones y atacar a las restantes, una “nueva realidad” que requerirá de nuevos procesos en lo electoral y, como mencioné anteriormente, la elección más grande de nuestra historia. Esperemos que este “nuevo” INE encuentre en sus recientes miembros veladores férreos de nuestro sistema político ya que la tarea que tienen es una en extremo difícil.