Per se, las ciencias jurídicas, abrazan la materia social y con esto me refiero al estudio del individuo y su conducta
Sergio Arellano
Qué fascinante es presenciar la evolución del pensamiento. Ustedes se preguntarán de qué tratará el artículo. La realidad es que no pretendo tratar un tema exclusivamente legalista; me limitaré a poner sobre la mesa una de las tantas reflexiones del Instituto Nacionales de Ciencias Penales (INACIPE). Per se, las ciencias jurídicas, abrazan la materia social y con esto me refiero al estudio del individuo y su conducta. Generalmente, cuando tiene lugar la comisión de un delito, la fórmula es muy sencilla.
Pásame el Código Nacional de Procedimientos Penales o la legislación local. Correcto a medias tintas. Con la evolución de los conceptos jurídicos con esta lógica de derechos humanos, la persona se volvió el centro de las resoluciones judiciales -solo me estoy centrando en uno de los tres poderes de la unión-. Se preguntarán: ¿A qué se refiere con neuroderecho? Recopilemos información. Cuando la norma civil define ciertos términos como discapacidad o incapacidad, estamos haciendo referencia a los parámetros de las neurociencias, ¿cierto? El decretar alguna de estas condiciones, requiere un diagnóstico.
Ahora, el razonamiento de las y los juristas, no debería de detenerse en este aspecto. Valoremos el caso de las víctimas de extorsión, secuestro, violación; el impacto provocado por estas circunstancias penosas es irreversible y rebasa un plano emocional. El acompañamiento psicológico o la asesoría jurídica es imprescindible, pero no suficiente. Al relatar estas eventualidades, no podemos descartar que pueden existir, por ejemplo, alteraciones cognitivas más allá de las afectaciones psicosociales.
Los estragos de estos ilícitos han motivado que el tema en comento, se vuelva prioridad al tutelar el mayor bienestar del ser involucrado. El conocer el por qué se delinquió; los orígenes, las causas y analizar en un segundo plano, el método de reinserción a la comunidad a través de una valoración neurológica, es fundamental. El equilibrio entre el estudio científico, médico y legal, dará los mejores resultados para una población herida y con soluciones parchadas. Apuesto a que el índice delictivo se reduciría, enormemente, con un seguimiento puntual de las personas que estuvieron recluidas en centros penitenciarios, las víctimas y las familias de ambos. Esto es actualidad.