Podemos decir que se trata del ideal del activismo, hacia donde debería encaminarse la participación social organizada, moldeada en función del bien común, volviéndose representativa y plural sin verse afectada por intereses políticos
Raúl D. Lorea/Columnista
@ArqLorea
Continuando con el activismo social, cito nuevamente al Consejero Matías Durán, quien me ayudó a definir la interacción social de tercer orden, que para él, se trata de ese activismo estructurado en asociaciones, consejos o sindicatos que operan con o sin lazos gubernamentales. Es decir, sus acciones no dependen precisamente de un espacio otorgado por el gobierno, sino de un espacio logrado donde puede haber una interacción más equitativa en favor de su causa.
Incluso, yendo un poco más allá, Matías cita como ejemplo el mundo virtual del software como el software de código abierto, aquél en el que los usuarios pueden programar complementos o módulos de forma libre para mejorar su operatividad o ampliar sus funciones.
Podemos decir que se trata del ideal del activismo, hacia donde debería encaminarse la participación social organizada, moldeada en función del bien común, volviéndose representativa y plural sin verse afectada por intereses políticos.
Citaré dos ejemplos interesantes en Querétaro: la Unión de Ciclistas e Independientes de Querétaro (UCIQ) y la recién creada “Alianza por el Centro Histórico de Querétaro A.C.” integrada por colonos y comerciantes del primer cuadro de la ciudad.
Ambas asociaciones reúnen a diferentes grupos de personas con diversas causas en común, que han ganado espacios con la administración pública, respetando facultades e institucionalidad pero logrando una valiosa sinergia con la autoridad municipal.
Mi reconocimiento a la autoridad y asociaciones.