Una buena parte del mundo islámico mantiene a los norteamericanos como sus principales adversarios, por lo que esta maniobra sólo beneficia a Israel
Alejandro Gutiérrez Balboa/Columnistas
En lo internacional, también los populismos hacen un daño indecible a sus propios países. Un ejemplo diáfano lo constituye España.
Ceuta, Melilla, unas islas y un peñón, son posesiones españolas africanas en Marruecos, además de las islas Canarias, frente a Marruecos y Sahara Occidental. También este país, Sahara Occidental, al sur de Marruecos, era una provincia española hasta que fue invadido por una oleada de civiles marroquíes en noviembre de 1975, tras la denominada “marcha verde”, lo que dio origen a una disposición de la ONU dejando en el aire el status del país desde entonces. Marruecos lo ha reclamado como su territorio.
Pero en Sahara Occidental, un grupo ha peleado por la independencia, con lo que el país ha quedado dividido entre los ocupantes marroquíes y el grupo independentista, lo que ha generado una prolongada guerra civil que se activa en forma intermitente.
El pasado jueves, el saliente Donald Trump reconoció la soberanía de Marruecos sobre Sahara Occidental, a cambio de que Marruecos reconociera y reanudara relaciones con Israel, algo que ya se ha anunciado. Con ello, tanto Trump como los israelíes dejan fuera a España, que no reconoce la soberanía marroquí sobre Sahara Occidental, en un afán de establecer vínculos con el mundo árabe e ignorando que, tanto el Estado Islámico como los propios árabes tienen a los israelíes como enemigos y anhelan conquistar de nuevo España, como lo hicieron el año 711.
Una buena parte del mundo islámico mantiene a los norteamericanos como sus principales adversarios, por lo que esta maniobra sólo beneficia a Israel.
En este proceso, las autoridades españolas no han dicho ni hecho nada y seguirán sufriendo el patrocinio marroquí a la creciente invasión de musulmanes a España. La situación en las Canarias se ha vuelto crítica por el arribo de grandes cantidades de embarcaciones desde Marruecos, afectando al turismo, principal recurso de las islas. El gobierno populista de Pedro Sánchez está más ocupado en mentir, en crear más burocracia y en aliarse con los terroristas de ETA, mientras el país se le va delas manos.