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Juan Carlos Sámano U.
En el año de 711 un ejército musulmán comandado por Tarik, derrota al Rey Visigodo Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete, empezando así la dominación árabe de la Península Ibérica que duraría alrededor de ocho siglos hasta 1942. Con esto, España se Islamizó y su nombre fue Al-Andalus, adoptando con ello costumbres, cultura y la lengua del invasor.
La palabra “Califa” viene de la palabra “Jalifa”, que significa “representante”, y este término fue aplicado en el ambiente taurino por el cronista taurino Mariano de Cavia “Sobaquillo”, para destacar el dominio y supremacía de “Lagartijo” en su tiempo. Algunas de las condiciones que se deben de dar para ser considerado “Califa del Toreo” son las siguientes: ser Cordobés de nacimiento, tener al menos seis temporadas en los primeros puestos del escalafón, conmocionar al mundo taurino, recibir el reconocimiento y respeto del público, entre otras.
En la actualidad solo han existido cinco diestros con este reconocimiento. El primero es Rafael Molina Sánchez “Lagartijo”. Se consagra figura del toreo en 1893, partiendo plaza en 1,645 tardes. Diestro de suprema elegancia y empaque, un maestro completo. El segundo es Rafael Guerra Bejarano “Guerrita”, el primero en cruzar el Atlántico para torear en La Habana, Cuba. Se le considera el torero más completo después de “Paquiro”. El tercero, es Rafael González Madrid “Machaquito”. Torero de un valor desmedido, recibió la Cruz de la Beneficencia. A principios del siglo XX rivalizó con toreros como Vicente Pastor, “El Gallo” y el propio “Bombita”, llegando a torear en cosos de América.
El siguiente es Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”. A los 12 años dio sus primeros capotazos llegando a formar parte del espectáculo taurino itinerante “Los Califas”. Su peculiar estilo alcanzó la perfección en la suerte de matar y desarrolló un toreo lleno de quietud, conjuntando lo hecho anteriormente tanto por “Gallito” como por Belmonte. El último es Manuel Benítez “El Cordobés”. Torero lleno de recursos efectistas, lo cual le dio una gran popularidad a pesar de las críticas de los puristas. Líder de las estadísticas en 1965-67-70 y 71, llenando plazas tanto de España, América y Francia.
