Dentro de las mesas del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), el secretario ejecutivo adjunto de la Cepal, Mario Cimoli, reveló que el dato de Latinoamérica contrasta con el de países como Estados Unidos
Israel Pantaleón
En los esfuerzos a nivel global por enfrentar la pandemia del COVID-19, Europa parece estar acaparando la mayoría de la producción de vacunas contra este virus, lo que podría retrasar las campañas de vacunación en los países de América Latina.
Esta posible acumulación se debe a que la Unión Europea (UE) en su objetivo de asegurar un acceso oportuno de las dosis para sus ciudadanos, estableció que podrá retener las exportaciones de las vacunas que sean fabricadas en el bloque, esto lo informó el pasado 29 de enero.
Ante el posicionamiento europeo, voces de instituciones regionales como la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) señalaron que de una producción de 6.5 billones de vacunas, Latinoamérica tiene por contrato sólo un 11%.
Dentro de las mesas del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), el secretario ejecutivo adjunto de la Cepal, Mario Cimoli, reveló que el dato de Latinoamérica contrasta con el de países como Estados Unidos que llega a cubrir su población en casi el 100% como la Unión Europea y Canadá.
En América Latina, que tiene más de 14 millones de casos positivos y 475,000 muertes por SARS-CoV-2, países como Argentina, México, Costa Rica, Panamá y Chile autorizaron las vacuna de Pfizer y las dosis de la Sputnik V, respectivamente, por lo que estas naciones trabajan en vacunar al personal médico y adultos mayores, pero la postura europea podría afectar a estos en el caso de que la UE retenga las dosis de las farmacéuticas.
Uno de los efectos negativos de la postura de la UE que podríamos estar viendo son los posibles desencuentros entre los gobernantes latinoamericanos y europeos por la mayor obtención de dosis, la cual permitirá a las sociedad volver a la nueva normalidad con una baja tasa de contagios y una reducción de fallecimientos, ya que mediante esto se espera la tan ansiada recuperación económica global.
Asimismo, esto nos muestra puntualmente la gran desigualdad que hay entre los países con mayor poder económico y los países en vías de desarrollo, muchos de ellos centroamericanos. Para ver una radiografía de esto basta con ver el análisis de la Universidad de Duke publicado en la revista científica Nature que señala que de las 6,800 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus producidas, 3,700 millones han sido compradas por países ricos.