No caigamos en las trampas de las cajas chinas, en las mesas donde estemos con amigos hablemos de los temas de interés
Carlos Olguín
En materia de comunicación social, se utiliza mucho el término de ‘caja china’, que es una especie de jugarreta para cambiar la atención de un tema realmente relevante a uno que suena espectacular, pero es insignificante; como la inseguridad y la pobreza por la rifa del avión, como la falta de medicamentos por una carta pidiéndole a España que se retracte de hechos que sucedieron hace más de 500 años.
Como el incremento en los feminicidios por el BOA, como los apagones en todo el país cada vez más frecuentes o la inseguridad por el personaje de caricaturas Benito Bodoque. Esto, por más increíble que nos parezca, ha tenido efecto; logra su cometido de desviar la atención de los temas de relevancia en la vida diaria de las personas.
En mi percepción, esto se da porque luego de tantos años en contacto con las personas de todo el país, el presidente sabe cómo piensan, cómo siente la mayoría y a ellos es a quienes les habla; ellos son su auditorio preferido, quienes reciben sus programas sociales. Por eso ataca a las clases medias, porque para quienes producen economía, empleo y crecimiento en el país no hay programas de apoyo, no hay forma de convencerlos ni de cómo engañarlos, pero desafortunadamente este tipo de población en México es la menos numerosa, es la gente que tiene educación independientemente de su nivel de ingresos, que cuestiona, que debate, que no acepta cualquier explicación. Recientemente vemos las rifas de la Lotería Nacional, donde se anuncian casas de narcos, palcos en el Estadio Azteca, como algo de nuevo espectacular, pero esto es puro circo. Es lo mismo que hace el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, que siempre había existido –se llamaba SAE–, pero que ahora en lugar de subastarlos, los van a rifar.
Y esperemos que tenga mejores resultados que la rifa del avión que solo demostró la ineptitud de tomar decisiones temerarias y sin la menor seriedad, pero eso no resuelve el problema que vive México de falta de medicamentos, de corrupción, de pobreza, de inseguridad, de ejecuciones, de caída del empleo, de la inversión y un largo etcétera.
No caigamos en las trampas de las cajas chinas, en las mesas donde estemos con amigos hablemos de los temas de interés, porque por mas ironico que parezca la única forma de cambiar la política es a través de la política, manifestándonos, alzando la voz, evidenciando las cosas que se hacen mal, yo asumo ese compromiso, ¿Y usted?