Alejandro Gutiérrez Balboa
El pasado 11 de julio ocurrieron en Cuba una serie de manifestaciones de protesta contra la escasez de absolutamente todo en la isla, así como contra su régimen dictatorial. Algo inédito en un sistema tan cerrado y controlado que anunció una esperanza, a pesar de las salvajes represalias del régimen.
De los detenidos, empiezan a salir informes de algunos. Un muchacho de 21 años, condenado a 23 de prisión, más de los que tiene de vida. Se ha sabido de una veintena de personas condenadas a entre 12 y 30 años de cárcel, la mayoría de ellos jóvenes y varios menores de edad; aproximadamente 700 personas participantes en las protestas permanecen presas y muchas de ellas esperan condena, la cual no será menor a las ya emitidas. El delito: protestar pacíficamente.
Casi a todos se les ha aplicado el delito de “sedición”, que en Cuba es castigado con penas mayores a las de un asesino o un ladrón. Existe el caso de un muchacho de 18 años que no participó en las protestas directamente, sólo las difundió por redes sociales, por lo que se le pretenden aplicar 8 años de cárcel. El gobierno no ha informado de ninguno de estos casos y los datos se han obtenido vía familiares de los detenidos.
El gobierno cubano ha producido una vacuna para el Covid 19 más patito que las limpias de Catemaco, pero en nuestro país la Cofepris ha determinado que cumple en “calidad, seguridad y eficacia”. Sólo se ha aplicado en Venezuela y Nicaragua. Lo extraño es que a pesar de que los cubanos ya tienen su vacuna, el gobierno mexicano sigue regalándole dosis de las vacunas reconocidas y aceptadas por la OMS.
La expresidenta del partido en el gobierno ha saludado un año más de dictadura en Cuba como un hecho que ha sido un “bien para la humanidad”. Claro que ella no compra su ropa ni las bolsas que usa en la isla, sino en las metrópolis del Imperio del mal.
Lejos de ser tan amigos de tiranos, asesinos y corruptos, el gobierno mexicano debe exigir el más elemental respeto a los derechos humanos, el fin de los abusos y la inmediata libertad de ciudadanos que sólo han expresado el malestar de millones de ciudadanos que lo han perdido todo a manos de una dictadura rapaz, que hace millonarios a sus dirigentes llevando a la miseria más indigna a un pueblo que ha mostrado que más pronto que temprano habrá un amanecer en la isla.