Con espolones de gallo
Dos de los llamados grandes nos tundieron, sí, se podrá argumentar que ambas derrotas fueron por un solo gol de diferencia y que “no nos pasaron por arriba”, pero como decía aquel personaje del fallecido actor Héctor Suárez, “Don Justo Verdad”… ¿YYYY?
El martes pasado se le hizo buen partido al América, es cierto, pero “los grandes” siempre cuentan con esa “cuota de suerte” y nos “vacunaron” con un gol meramente circunstancial; pero al final ése no es el caso, lo que realmente cuenta es la derrota y ésta se produjo porque no nos alcanzó ni siquiera para hacer un gol; y eso aquí y en la lejana China, se llama “falta de capacidad dentro del campo”, porque desde la banca hicieron bien su trabajo y se planteó adecuadamente el encuentro con la inercia que traíamos de la victoria vs Los Xolos.
Sin embargo, ¿qué nos pasó el sábado? En la banca, nuevamente, “hicieron de las suyas”, regresamos a las malas decisiones, se pecó de novatez. Cuando vimos el cuadro que iba a enfrentar a la llamada “Máquina” no dábamos crédito a algunos cambios del 11 inicial, ¿por qué retiró a Rodríguez (4) y metió a Aguerre (29)? Si éste había estado fallando mucho y tenía una marca “casi perfecta” de “regalar un gol” por partido jugado y para variar “no quedó mal”, vaya precipitada salida que se mandó en el segundo tanto. ¿Por qué regresó a Hernández (14) al cuadro titular? Si ya se sabe que su excelente calidad cómo jugador la despliega mucho mejor, en las rectas finales de los partidos y ha resultado un excelente sustituto, porque honestamente ya las piernas no le dan y menos a una altitud como la de la Capital. ¿Por qué Sepúlveda (15) en lugar Nahuelpán (32)? Y luego, los cambios, ¿no era mejor sustituir a Hernández (14) que a López (202)? ¿Para qué entró Barbona (20) en el lugar de Barrera (18)? Si el aquel es muy lento y éste era de los que más ofendía; los demás, por no dejar, porque fueron intranscendentes. Así que volvimos a las andadas y nuestra cosecha de unidades de la semana pasada se remitió a… cero