“El que se lleva se aguanta” dice la jerga popular, pero hay límites. Eso parecen decir argentinos y mexicanos que han llevado el fandango previo a su enfrentamiento a explorar sentimientos nacionales difíciles de digerir.
“Y ya lo vez, y ya lo vez, en las Malvinas se habla inglés” le cantaron los mexicanos a un grupo de argentinos que expresaron “Te permito todas. Esa no”.
Los “saltamuros” dijeron los argentinos a los mexicanos. Y también hirvió la sangre.
¿Quién lanzó el primer misil nacionalista? ¿Quién comenzó las agresiones? ¿De verdad esos dichos son como para que se genere una bronca?
El partido México vs Argentina está a punto de ebullición. Y el resultado traerá más cánticos, más bromas, más expresiones que golpeen el arraigado nacionalismo de ambos bandos.
No es nuevo que en una Copa del Mundo se enfrenten los aficionados de 2 países. Pero sí es nuevo que ocurra en un país donde los arrestos son pagados con castigos físicos y hasta la pena de muerte. No me lo tomes a mal estimado lector, pero el morbo del resultado está más allá de lo que ocurra en el terreno de juego.
Mañana puede haber un equipo eliminado. Mañana puede llegar la primer gran decepción del torneo. Mañana se pueden romper las quinielas.
En casa la TV de mi recámara ha sido reservada solo para un servidor. No se aceptan compañía, visitas ni acompañantes. Es un momento muy íntimo para mi pasión futbolera. Si salgo a brincar de alegría no lo notarán, pues también estarán saltando y gritando ustedes. Y si no salgo y me ahogo en mi tristeza, lo más seguro es que lo notes porque mi editor no tendrá artículo que publicar.
¿Nos leemos mañana?
MT