Enrique Álvarez
El entorno del FC Barcelona es, por decir menos, un río revuelto. Se habla de decepción y de mal rendimiento cuando es el actual campeón de España, segundo lugar de la liga y llegó a cuartos de final en Champions League. Considerando que ningún equipo puede ganar todo y reconociendo que hay equipos mejor armados deportiva y financieramente, no está nada mal.
Para los cortos de memoria y para los jóvenes, la historia Culé es una historia plagada de éxitos, pero la realidad no es así. A pesar de ser el segundo equipo más ganador en España, internacionalmente el Barcelona es un equipo que ha formado su palmarés recientemente. Apenas tiene más títulos de Champions que Ajax, y es superado por Liverpool, Milan, Bayern Munich y Real Madrid. Para hacer más notorio lo que menciono, 4 de sus 5 títulos de Champions League fueron ganados en el presente siglo y el último se obtuvo en el 2015. Es decir, hace 8 años que no es el mejor europeo.
Si eliminamos la época de gloria, iniciada de la mano de Ronaldinho y continuada por el maravilloso rombo de Puyol, Iniesta, Xavi y Messi, el Barcelona es un equipo que siempre está luchando por ganar, pero sus éxitos no son tan constantes y frecuentes.
Si crees que estoy demeritando al Barcelona no me leíste bien, es más, lo voy a escribir en mayúsculas: EL BARCELONA ES UN PROTAGONISTA DEL FUTBOL MUNDIAL, pero ello no implica que esté en posición de ganar todo lo que juega.
El aficionado blaugrana debe desprenderse de la época del tiki taka, de la magia de Messi, de la eficiencia de Xavi e Iniesta, de los goles de Villa y Suárez, y entender que el sextete es pasado, que lo que se conjuntó entre 2003 y 2015 es casi imposible volver a verlo, y que volverán a triunfar, pero sin la destreza y la frecuencia de los últimos 3 lustros.
